La marcha fiscal de Ferrovial a Países Bajos, un mal presagio
Mientras se impone una sociedad super dependiente de Internet, del hágase usted mismo todo, porque las multinacionales y administraciones ya no cogen fácilmente el teléfono, nos rasgamos las vestiduras al ver que una gran constructora cambia su sede fiscal, de España a Países Bajos. El ejemplo es muy malo. Más allá, tremendamente insolidario. Mucho peor que pase dentro de la Unión Europea, aunque su funcionar tenga esto. Rapidito, habría que analizar el qué y el quién alienta este tipo de decisiones, ya que se atisba un efecto dominó o, lo que es lo mismo, que otras grandes empresas sigan el mismo camino de Ferrovial.