No os hablo ni de feminismo, ni de igualdad, ni de decencia. Os hablo de inteligencia política y amplitud de miras en un momento en el que se mira todo con lupa.
La mayor parte del actual movimiento que a día de hoy está a favor de la identidad y del progreso de Shetland fuera de Escocia no proviene precisamente de los ámbitos de lo que se podría venir a definir como “izquierda” .
Gobiernos y gobernantes no quieren dar ninguna rueda de prensa para reconocer que su apoyo inquebrantable a la digitalización, hace desaparecer profesiones y miles de puestos de trabajo, aunque se trate de las propias empresas tecnológicas como Google, que despide a destajo. Ni que decir que algo así no se debiera de haber permitido, ya que avanzamos hacia un futuro desequilibrante, hecho a medida para los fuertes, donde los desfavorecidos tendrán que ser ayudados, para subsistir, de manera permanente. No habrá que esperar mucho para verlo, porque ya estamos en el inicio de esta nueva economía, tan falsa como injusta.
En Cantabria, calles como Calvo Sotelo en Santander o en Comillas o el monumento a Carrero Blanco en Santoña echan un pulso tanto a la Ley de Memoria Histórica como a la Ley de Memoria Democrática.