El concepto que traemos hoy sobre la mesa de discusión nos interpela a todos, estemos de un lado u otro del escritorio, puesto que si bien se suele hablar de "desidia" para adjetivar la actitud de personas que son tremendamente flojas y equívocas en su trabajo y, en particular, para referirse al accionar de funcionarios públicos, también debemos aplicarlo para su contraparte, a saber, quienes vemos claramente la ineficiencia y el voluntario mal actuar, y lo naturalizamos, miramos para un costado o proferimos derrotismos como "así son las cosas, nada puedo yo hacer".
El castellanu era Bien y el cántabru, montañés daquella, era Mal. Mal iscumienzu cumu pa acabar bien.