viernes. 29.03.2024

Cumbre del clima para celebrarla a todo lujo de yates y aviones

Los activistas del clima hacen más ruido y aparecen más, últimamente, en los medios, que propaganda se ha dado de la última Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Me ha faltado decir que la denominada COP 27, no ha servido para nada. Aunque, ¡no, esperen!, para una cosa sí. Se ha dado un espectáculo vergonzoso del uso, por parte de las delegaciones, de aviones, yates y lujosos coches. En un ambiente creado para hablar de sostenibilidad y menos contaminación, los primeros en no aplicarse el cuento fueron los que tomaron la palabra en esta cita.

La de Egipto puede ser la cumbre del clima más inútilmente celebrada, porque es de chiste que quieras transmitir al mundo un claro mensaje de cuidar mejor el planeta, y lo hagas mediante una imagen de lujo total, con yates, aviones y cochazos a destajo. No veo solución al calentamiento global por varias razones. La principal es que cada vez se contamina más, con el beneplácito de los Gobiernos y sus máximos representantes. Y la siguiente es porque los que debemos cortar por lo sano, los consumidores alocados con comprar y tirar, no tenemos el más mínimo interés por cambiar las cosas.

La última Conferencia de las Naciones sobre el Cambio Climático (COP 27) se celebró en Sharm el Sheikh, Egiptio, entre el 6 y 18 de noviembre pasado. Su lema fue “Juntos por la implementación”, con la sola ambición de ratificar acuerdos adoptados en citas anteriores. Si algo ha puesto de manifiesto esta nueva cumbre de la nada, es que pese a la situación crítica en que se encuentra el planeta, aún estamos muy divididos en países y personas que creen que hay que tomar soluciones urgentes, y otros tantos que no, al más puro estilo de los negacionistas. Hay más de los que creemos y muy poderosos. Opinan que no hay que temer a cambios drásticos en el clima y la corteza terrestre, y por eso trabajan en la sombra para que no se adopten medidas de calado, más allá que seguir ayudando a los países en desarrollo, de cara a que contaminen lo menos posible.  

La agenda egipcia ha estado repleta de un gran boato de las delegaciones internacionales, demostrando así que no sabemos o no queremos guardar las formas, ni siquiera a la hora de abordar un teman tan preocupante como nuestro futuro sobre la tierra. Los contenidos que se trataron son ya conocidos de estas citas, lo que permite asegurar que seguimos en el camino de no ir a ninguna parte, hasta que un día suceda lo inevitable. Quizás solo mediante las catástrofes más terribles nos demos cuenta de lo que hemos hecho, aunque para entonces ya será demasiado tarde.  

“Quizás solo mediante las catástrofes más terribles nos demos cuenta de lo que hemos hecho, aunque para entonces ya será demasiado tarde”

Implementación son iniciativas y acciones reales mediante las que contrarrestar el cambio climático. Hasta aquí se llegó, nada más, porque ni siquiera los representantes de los países participantes en el COP 27, casi 200, fueron capaces de acordar no superar el aumento de la temperatura global de 1,5º, de aquí a final se siglo.

El resto de representaciones sobre el escenario tocó la misma música de siempre, hasta la siguiente cita. Que si financiación, que si mitigación (no superar la temperatura), que si adaptación, que si perdidas y daños (a lo que más se está), y la cooperación (que nunca se cumple). Un desastre de cita, que tuvo más difusión mundial por la voluminosa concentración de aviones, yates y coches, con los que contaminar un poco más el medio ambiente en general.

Eso sí, en Egipto se dieron cita no pocas multinacionales de todo tipo y lobbies encargados de que la actual situación no cambie, ni mucho menos se adopten férreas medidas legales que permitan revertir la situación de calentamiento global. Este año a punto de concluir se va a batir el record de contaminación ambiental, y aún no tenemos ningún dato de todo lo que ha generado en residuos el Covid-19. Lo mismo cabe pensar de todo lo que está produciendo la Guerra de Ucrania, con las toneladas y toneladas de material militar empleado y abandonado. Estados Unidos, Rusia, China e India, los más industrializados y que contaminan a lo grande, siguen negando la mayor, y sus dirigentes están entre los negacionistas de que exista el problema del cambio climático.

Ya puestos a negar, no hay calentamiento terrestre, el Covid tampoco ha existido, ni los 6,64 millones de muertes por la pandemia, la crisis económica es un invento de los medios de comunicación, y todo el paro que se prevé para los próximos años es un chisme dentro de las redes sociales. Es tanta la manipulación de la realidad que, por lo pronto, no existe sensación y compromiso social alguno con cada uno de estos problemas. La manera de abordarlos, caso del clima, caso de España, es también de traca. Ante todo, mediante inconsistentes anuncios de televisión en los que se presenta una apuesta por la sostenibilidad medioambiental, pero sin que exista constatación o prueba alguna de que se cumple todo aquello que se dice de manera tan irresponsable. Nuestro chip, el de los que contaminamos, no se ha movido un ápice.

“Este año se va a batir el record de contaminación ambiental, y aún no tenemos ningún dato de todo lo que ha generado en residuos el Covid-19”

Se aprecia en la basura que generamos, cada vez más. Se nota en el aire que respiramos, cada vez con más polución. Se ve en los mares tan contaminados, imposible ya que digieran tantos plásticos como almacenan en sus profundidades. Y se oye mediante el ruido que siguen haciendo todos los transportes que utilizamos, desde los aviones a los gigantescos barcos mercantes, que siguen a la cabeza de la contaminación más incontrolada. Esa misma escena es la que se ha vivido en esta última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Tratar aquello sobre lo que realmente no se está concienciado dentro del ámbito gubernamental lleva irremediablemente al fracaso. Precisamente lo que ha pasado en Egipto. Se ha conseguido lo que se pretendía, nada.

Cumbre del clima para celebrarla a todo lujo de yates y aviones
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