sábado. 20.04.2024

Libreta banco o móvil, 4 de cada 10 mayores eligen la primera

Me porfiaba hace años un gestor bancario que los medios exagerábamos, al mantener la tesis de que los mayores tienen dificultad en integrarse en todo lo digital y on-line. Aquella postura era mirar para otro lado, como siguen haciendo hoy los bancos respecto a lo que prefieren sus clientes y, hay que recordarlo, dueños del dinero. Por eso reconforta esta noticia de que 4 de cada 10 clientes siguen utilizando la libreta de ahorros. Son muchos, aunque el tiempo corre en su contra. La idea bancaria, permitida, y sin contar con la gente, es que sucursales, trabajadores, y hasta cajeros, han llegado al fin de un ciclo, porque ahora manda el móvil, y controlarnos.

Ya le vale a la banca marcharse de las ciudades dejando de ofrecer servicios esenciales que debieran ser obligatorios, si alguien con peso político se lo exigiera, que no es el caso. Pero tiene delito que lo hagan de los pueblos, de las conocidas como zonas rurales, donde la sucursal del banco y el cajero automático eran de los pocos servicios con que contaban, y ahora ya ni eso. La digitalización de ciertos sectores en España no ha tenido ni debate, ha sido impuesta. Muchas veces somos de ver la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro, criticando lo que se hace en otros países, pero es que aquí la imposición ha crecido con desmedida, y la tercera edad, y los derechos que se le restan, es el mejor ejemplo de este abuso de poder.

Si los bancos y cajas de ahorros cierran sus oficinas, no tienen trabajadores, tampoco hay facilidad de encontrar cajeros, ¿dónde ponen al día los mayores su cartilla o libreta de ahorros, que es como mejor les gusta controlar su dinero? Hubiera sido gusto de esta forzosa digitalización que todo fuera a través del móvil y la App de tu banco (controlarnos mejor), pero 4 de cada 10 mayores siguen utilizando su cartilla para cualquier operación. A las entidades bancarias no les queda otra que atender como es debido a estos clientes, ya que el porcentaje de los adeptos a su libreta de ahorros no es desdeñable. Asufin, que es la asociación de usuarios financieros, acaba de presentar un estudio que arroja resultados que permiten concluir que la cartilla o libreta sigue muy viva dentro de la banca, gracias a que muchos clientes no tragan por lo que se les quiere negar, como es un servicio directo y personalizado. Así, casi el 74% de los clientes de CaixaBank sigue operando con libreta. En Unicaja Banca el 66,9%, en Kutxabank el 61,1%, un 55,5% en Ibercaja Banco o el 44,1% de Banco Santander.

Muchos comportamientos dejan todo que desear hoy. Parece que no hemos aprendido lo suficiente de la lección del Covid, con tantos millones de muertos, precisamente de la tercera edad. Íbamos a estar más atentos a sus necesidades tras la pandemia. ¡Solo palabras! En España no es necesario cumplir con los anuncios y proyectos que se presentan de continuo. Interesa solo que aparezcan en los medios de comunicación, la tele sobre todo, pero luego, si no hay cumplimiento de lo prometido, no pasa absolutamente nada. Una sociedad que no respeta a sus mayores, que se desentiende de ellos, que no sabe protegerles como ha sucedido en el Covid, esa sociedad está verdaderamente enferma. Y no valen alabanzas hipócritas sobre el vacío. La nada es, sencillamente, deshumanizarse, que es lo que nos venden y, de hecho, está pasando.

Una sociedad que no respeta a sus mayores está enferma y no valen alabanzas hipócritas sobre el vacío. La nada es deshumanizarse

Como saben, hay listas de todo. También de los países que se comportan mejor y peor con la vejez (Global AgeWatch Index). España está en el puesto 12 europeo, ni fu ni fa, dentro de una lista que, ¡cómo no!, encabezada por Noruega, Suecia y Suiza. Salen bien puntuados Canadá, Holanda, Alemania y Estados Unidos. Pese a lo que pudiera parecer por la fama japonesa en este sentido, ocupan el puesto 9 del ranking. En América Latina, la peor es Venezuela.

Toda tecnología, porque unos la tienen y otras no, crea diferencias, exclusión y marginación. Con la explicación de lo que era Internet, cómo funcionaba y su gran propagación, algunos se cansaron de avisar que el cambio debía llegar a todos por igual. No fue así, y la globalización tal y como está concebida, genera cada vez más diferencias entre países y entre personas. En esto del no acceso de la tercera edad a los nuevos sistemas de banca on-line, lo llaman exclusión financiera. Parece que el caso es expulsar y no integrar. Imponer y no esperar como se debiera a la adaptación de cuantos más mejor a esta sociedad digital, que a mi entender está fracasando por el egoísmo de que sirva más a las élites que a los amplios grupos de población.

Esto del acceso de la tercera edad a los sistemas de banca on-line lo llaman exclusión financiera. Parece que el caso es expulsar y no integrar

4 de cada 10 mayores quieren actualizar su cartilla, como siempre han hecho. Es un dato ilusionante respecto a que no hagan con nosotros lo que les venga en gana. Aunque hay que reconocer que los cambios avanzan a un ritmo vertiginoso y son imparables, porque los gobiernos los amparan y protegen. Las asociaciones en defensa de los consumidores creen que el Covid sirvió de excusa para acelerar todo este proceso, y terminar con sucursales, personal que atendiera a clientes, e incluso con los cajeros automáticos, algo que resulta inexplicable si estamos hablando de ofrecer tecnología rápida y luego te la quitan de las manos. Hay otra cuestión injusta dentro de todo este galimatías. Que la banca se vaya de los pueblos, y sean gobiernos regionales y ayuntamientos de las localidades abandonadas las que tengan que pechar con el coste de reinstalar cajeros, para que los habitantes de muchas zonas de España puedan disponer de dinero en efectivo. No gusta reconocer semejantes dislates, ya que habría que dar demasiadas explicaciones. Aunque en democracia, de esto se trata. Pudiera señalar culpables directos en España, con el Gobierno a la cabeza, pero creo que todo esto está por encima de los países, y en manos de los que realmente mueven los hilos de la economía mundial. Cosa distinta es que  asumamos sin rechistar todo aquello que quieren suprimirnos en su beneficio, que no en el de los demás. Bien por estos 4 de cada 10 clientes que reivindican utilizar su cartilla de ahorros, y que alguien de carne y hueso se la ponga al día.

 

 

 

 

 

Libreta banco o móvil, 4 de cada 10 mayores eligen la primera
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