sábado. 20.04.2024

Todo un año repudiando la guerra y a un loco genocida y nuclear

Ya ha transcurrido un año de la Guerra de Ucrania, pero quedan aún muchas batallas y tragedias por narrar. Putin, ni ceja, ni lo va a hacer. Dentro de su país es líder todopoderoso. Visto por sus paisanos como el zar-guía que necesitaban para regresar a la gran Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En menuda nos ha metido este genocida, que nadie baja del burro. Vladimir, el nuclear, desprecia a todos los mandatarios mundiales, menos a quienes están a su lado, como el presidente chino o el coreano, Kim Jong-Un. El panorama no resulta halagüeño y ya tenemos 240.000 muertos y heridos. Sí, un año ya, y el final no se ve. 

Un aniversario acostumbra a ser una destacada cita social, por razón de conmemorarse algún acontecimiento digno de ello. Es algo que no sucede con una guerra, aunque entiendo que haya que contar que ha transcurrido ya un año desde que el descerebrado de Vladimir Putin le diera por invadir Ucrania, y vaya usted a saber qué más tiene este loco dentro de su cabeza, que es como decir sus planes. Con lo que no contaba el ruso era con la fuerte resistencia del pueblo ucraniano, que bien cara la ha pagado con cifra tan elevada como 240.000 muertos y heridos. Zelenski aguanta y se ha convertido en un gran presidente, no solo para su pueblo, sino para el resto del mundo. Todos los demás dirigentes van raudos a verle a Kiev, para salir en esa foto que quiere certificar que la Unión Europea y Estados Unidos aportan tanques, aviones, armas, misiles y blindados, con los que seguir aguantando el envite del todo poderoso ejército ruso, aunque los medios de comunicación occidentales están empeñados en dejar por los suelos la capacidad bélica rusa, lo que pertenece al género de publicitar falsedades, y que se hace en toda guerra como parte de la propaganda con la que también se atacan los bandos en conflicto. 

“El año de guerra pone de manifiesto el fracaso de cortafuegos diplomáticos, ONU, G-7, Consejo de Europa y Países No Alineados”

De una u otra manera, el año de guerra en Ucrania pone de manifiesto el fracaso de aquellos cortafuegos diplomáticos que nos habíamos dado como parte de la gobernanza del mundo en paz y concordia. Miro a la ONU, al Cuerpo Diplomático mayormente representado por las embajadas y los embajadores, el G-7, el Consejo de Europa y hasta los Países No Alineados. Sigo con el papel militar de la OTAN y de sus estrambóticas escenificaciones, como la de Madrid de 2022. La también llamada Organización del Tratado del Atlántico Norte se ha dedicado mayormente a colocar titulares en los medios de comunicación, ya que su capacidad de respuesta real de defender un país ante la invasión de otro, está ahogada en burocracia, tratados, pactos secretos, intereses políticos y económicos que, por supuesto, los ciudadanos, que no contamos para nada, desconocemos por completo. 

Esto es también lo trágico. Aunque muchos no lo quieran ver, la guerra ha traído un tipo de sociedad diferente, donde el poder de los Gobiernos se ha hecho mucho más autoritario, en detrimento de los parlamentos y las discusiones entre todas las formaciones para plantear salidas de diálogo, de paz real, en vez de enrolarse en la carrera de ver qué país manda más tanques a Ucrania, papel en el que también está inmersa España, aunque nuestros tanques Leopard no estén para sortear muchos obstáculos por las llanuras de la guerra. 

Putin ya ha ganado algunas batallas mundiales provocando la Guerra de Ucrania. Ha militarizado a todos, dando preferencia en los presupuestos de los países al encargo y compra de nuevas armas, con lo que esto supone menor inversión en las políticas sociales, porque no hay dinero para todo. Aunque en la calle no se perciba, al menos en España, donde nos gusta la vida sin preocupaciones, el temor nuclear ha vuelto a aparecer en escena, junto al debate de unos, que piensan que Putin no se atreverá a apretar el botón, y otros, que más temprano que tarde, lo hará. 

No hace falta temer a lo nuclear para comprobar que el drama actual de muertos, heridos y personas que lo han perdido todo es brutal. La cifra en un año de 240.000 muertos y heridos se debe al balance hecho por la Inteligencia de Estados unidos y Reino Unido. No son cifras concluyentes, ya que el ejército de Noruega eleva esta cifra hasta los 320.000. Sin necesidad de concretar un número, muchos de los muertos y heridos son niños. Veamos pues la cuantía como unos primeros datos, más o menos exactos, ya que, en un solo día, los rusos llegan a disparar a los ucranianos unos 20.000 obuses, y los invadidos hacen lo mismo hacia donde están situados sus invasores.

“Putin ha cargado contra la forma de vivir que tenemos en Europa. Muy peligroso el mensaje único de cómo vivir al servicio del régimen impuesto”

Llegados a este punto, y hablando de un aniversario que nunca tendría que haberse producido, ¿cómo paramos esta guerra? Hay falta de líderes entre las principales potencias, dado que ninguno ha podido llegar al entendimiento con el raro de Putin. Por si fuera poco, Rusia se acompaña principalmente de China, India y Corea del Norte, pero hay otros muchos países que actúan a su favor. Así, la guerra no va a acabar tan pronto. Los conflictos bélicos siempre se toman su tiempo, por lo mismo, los intereses de unos pocos. La Guerra de Irak duró 9 años, la afgano-soviética transcurrió entre diciembre de 1979 y febrero de 1989. Estados Unidos cogió el testigo de Afganistán, empezando su intervención militar en 2001, y terminando en 2021. Por eso no soy nada optimista y también porque Vladimir Putin va de mesías del pueblo ruso, y solo hay que ver para comprobarlo las puestas en escena, estilo zar, y el control tan absoluto que tiene de los resortes de su país, donde cualquier atisbo de crítica es aplastado, sin garantía democrática alguna. Además de Ucrania, y recuperar poco a poco lo que fue la Unión Soviética, incluidos los países del este que forman hoy parte de la Unión Europea, Putin ha cargado en su reciente discurso a la nación contra la forma de vivir que tenemos en la Unión Europea. Muy peligroso su lenguaje, porque ahondamos en el mensaje único de cómo se debe pensar y vivir, actuando siempre al servicio del régimen impuesto. Putin lo ha logrado ya con su pueblo. ¿Recuerdan en el pasado a otros locos que actuaron así? Sí, yo también, y no hace falta citarlos.
 

Todo un año repudiando la guerra y a un loco genocida y nuclear
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