A su juicio, el debate sobre esta práctica no es "si sí o si no", sino las garantías que debe tener la mujer de que no va a morir si interrumpe su embarazo de manera voluntaria
Revilla: “Ya me gustaría que esos 102 millones llegaran a Cantabria, la intención se tiene en cuenta y se agradece, pero me temo que es una ficción tal y como está el panorama político”.