Cantabria es conocida por su encanto natural. Pero a sus playas y sus montañas se añaden también algunos de los pueblos más bonitos de España. Prácticamente cada rincón de la región ofrece algo único al visitante, y estos seis pueblos son la mejor muestra de la riqueza con la que cuenta Cantabria.
BÁRCENA MAYOR
Único municipio incluido en el Parque Natural Saja Besaya, se ubica en una pequeña vega del río Azoga y solo se puede acceder a pie. Destaca su tradicional arquitectura de casas montañesas en una densa trama que lo convierten en un núcleo muy compacto que aprovecha el espacio al máximo.
CARMONA
Localizado en el valle del río Quivierda, representa el modelo de aldea tradicional de Cantabria, reflejo de una economía que prioriza la agricultura, la ganadería y los usos forestales. La tradición de su actividad, su arquitectura y su entorno pasa de padres a hijos.
LIÉRGANES
Capital del municipio del mismo nombre, está declarado de interés histórico-artístico nacional en 1978. Su arquitectura clasicista se asienta a los pies de dos pequeñas elevaciones. Su gastronomía se caracteriza por sus carnes, pescados, tradicionales quesos y su famosa respostería.
MOGROVEJO
Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico, alberga uno de los mejores ejemplos de casonas de sillería y mampostería de los siglos XVI-XVIII. Las casas son de tipo lebaniego, casi sacadas de un museo, conformando un pueblo con sabor tradicional y los Picos de Europa al fondo.
POTES
Situado en el corazón del valle de Liébana, su espectacular paisaje lo convierte en uno de los municipios con más encanto de Cantabria. En sus calles se dan cita la Historia, la cultura y la naturaleza, y su ubicación la convierte en punto neurálgico para poder conocer toda la comarca.
SANTILLANA DEL MAR
Conocida como la Villa de las tres mentiras (no es santa, ni llana, ni tiene mar), ha sido históricamente cruce de caminos e inspiración de artistas, poetas, filósofos y escritores. Su riqueza artística y natural se completa con una vida cultural y festiva única. Sus calles empedradas y sus edificios permanecen anclados en el tiempo.
