Se llamaban Marina y Natalia
El descerebrado émulo de Hamilton, pasado de alcohol y sobrepasado de revoluciones, tiene ahora mucho tiempo para leer a Quevedo, ver el cine de Dean y reflexionar sobre las dos jóvenes vidas que truncó.
El descerebrado émulo de Hamilton, pasado de alcohol y sobrepasado de revoluciones, tiene ahora mucho tiempo para leer a Quevedo, ver el cine de Dean y reflexionar sobre las dos jóvenes vidas que truncó.
Juan Carlos protagoniza un vergonzoso viaje a ninguna parte ante una opinión pública estupefacta. Se exilia en Agosto, se marcha a gusto y provoca el gran disgusto.
Ponerse la mascarilla un joven parece tan imposible como poner puertas al campo. Adolescentes y jóvenes lideran esta nueva guerra contra los tapabocas.
Santillana suma 43 años abierto al público. Cabárceno, como es público y notorio, celebra sus primeros 30 años de vida. Las mas de 200 especies animales de ambos conviven en armonía. Pero sus máximos responsables parecen haber roto su delicada convivencia.
Prestidigitador de datos, manipulador de datas y soberbio divulgador de erratas. El pasado 26 de mayo descontó 1.918 muertos de la fatídica lista porque no le salían las cuentas.
Se trata de una grave enfermedad institucional que Juan Carlos contrajo a una edad muy tardía, coincidiendo con una de sus muchas excursiones amatorias. El ex Rey quiso vacunarse contra el Corinnavirus pagándole 65 millones de euros extraviados en el berenjenal de una de sus fundaciones.
Los dos tiburones jefe acaban de prometer no morderse, decisión muy aplaudida por el público dado el mal efecto visual que hace la sangre abundante en el mar. Si estuvieran en un acuario, estos dos peces de tamaño, branquias y aleteo tan diferentes serían admirados por su natación sincronizada.
Los primeros 6 minutos de este trío guatemalteco-cántabro certifican la vigencia de ese cuarto de hora de gloria que nos predijo a todos los mortales el genio Andy Warhol.
Los protagonistas se niegan a sentarse alrededor de la gran mesa del diálogo. Y el poeta Blas de Otero, largamente fallecido, no puede ya reclamarles educadamente que hagan uso de la paz y la palabra.
Dos excesos femeninos. Notables y notorios. Lo diga Agamenón o su porquero.
Las últimas previsiones económicas predicen mar arbolada en la economía española. Acostumbrados a la calma chicha del crecimiento económico en torno al 3 por ciento, la marejada que se anuncia causará naufragios.
Existe una perversa frase multiusos que nos trata de tranquilizar recordando que “las palabras son solo palabras”. Grave error. Las palabras son lo más importante de la vida.
La estrategia de Sánchez puede resultar cansina, pero nadie le acusará de no escuchar a todo colectivo patrio que sume más de 25 personas. Solo le falta uno, el colectivo de los 42 diputados de Podemos, con el que se pondría morado a votos si los sumase.
Mientras la Seguridad Social nos llena de inseguridad con su déficit insultante, Ney quiere ganar un sueldo insultante de 40 millones de euros por temporada.
Ocho cantantes y una bailarina le acusan de acosador sexual. Acaso no fueron acosos traumáticos, pero sí reiterados en el tiempo. La Historia siempre ha soportado mal la fiebre inesperada del revisionismo.
La Constitución dice que el Rey reina pero no gobierna. Ha debido atisbar un grave desgobierno para sobrepasar tan delicadamente el papel que se le atribuye y opinar. La opinión de Felipe es muy opinable y ha surgido inopinadamente, entre regata y recepción, con la agenda repleta.
Pero tiende últimamente a los enredos como el mar tiende a la orilla. Irreprimiblemente. No hay charco que no pise ni jardín que no holle.
Blanquear quiere decir dignificar lo indigno. Perimetrar quiere decir delimitar al fin las fronteras de un incendio. En Cantabria cabe la singular posibilidad de dignificar al sátrapa mientras se toman los blancos del mediodía. Sería un genuino ejemplo del doble blanqueo.
El ya-te-digo es complaciente, neutro y agradecido. Supone una autoafirmación para quien propone. Y una salida verbal muy digna para quien responde
Es un juego de tronos mucho más verídico que el de la hiperexitosa serie del canal HBO. Y mucho menos cruento. Hasta ahora.
Luis Enrique no deja huella desde la madrugada del pasado 26 de marzo. Ni una foto, ni un “tweet”, ni un solo comunicado desde entonces. El entrenador que dirigía las sesiones subido a un andamio las teledirige ahora desde su casa de Barcelona. Manteniendo a salvo el delicado andamiaje familiar.
Cara y cruz. Haz y envés. Brillo y mate. Celebritie y desconocido. Pedro el guapo y Zamarrón el bello. Tan distintos. Tan nuestros. Tan de agradecer durante la semana interminable que terminó por alumbrar una legislatura apasionante.
Pueden apostarse dólares Trump contra galletas Fontaneda a que los independentistas serán condenados con la misma naturalidad con la que se condenaba antes el terrorismo de ETA y ahora se condena el machismo.
Mientras palestinos y judíos aprovechan la tregua para vendar sus heridas, el ínclito representante español testará los oídos de la Europa del Brexit con “La venda”.
Entrevisté a Rubalcaba una lluviosa tarde de viernes de enero de 1987 en su despacho de Secretario General de Educación de Alcalá 34.
El maestro Manolo Alcántara murió el mismo día que el magistral García Márquez. Condena injusta para sus lectores, su escritura dedicada y delicada nunca más acompañaría el café de decenas de miles de seguidores. Siempre sospeché que un error ortográfico de última hora sobre la mismísima pila bautismal propuso Manuel en vez del correspondiente Manual.