martes. 23.04.2024

Blanquear y perimetrar sin Gobierno

Blanquear quiere decir dignificar lo indigno. Perimetrar quiere decir delimitar al fin las fronteras de un incendio. En Cantabria cabe la singular posibilidad de dignificar al sátrapa mientras se toman los blancos del mediodía. Sería un genuino ejemplo del doble blanqueo.

Pasadas las bodas de Ramos y Belén Esteban y el incendio de Tarragona, España se ha quedado sin temas de conversación. Un denostado ex ministro con apellido de lateral del Bayern Munich, José Ignacio Wert, dejó dicho que a los españoles nos puede más el instinto de conversación que el instinto de conservación. Agudísima paranomasia.

Mientras el bello Sánchez le dobla el pulso al encorvado Iglesias, este país suda, vacaciona y vuelve a conjugar los dos verbos de moda del verano: blanquear y perimetrar. Blanquear quiere decir dignificar lo indigno. Perimetrar quiere decir delimitar al fin las fronteras de un incendio. Seguramente con la inestimable ayuda de un dron.

Blanquear es de lo que se acusa al Canal 24 Horas de la televisión pública por entrevistar a Otegi

En Cantabria cabe la singular posibilidad de dignificar al sátrapa mientras se toman los blancos del mediodía. Sería un genuino ejemplo del doble blanqueo. Blanquear es de lo que se acusa al Canal 24 Horas de la televisión pública por entrevistar a Otegi. Dejó escrito el clásico que la peor censura es la autocensura. La entrevista fue muy poco vista. Nadie concluyó que el líder abertzale pusiese blanco sobre negro su verdadera opinión.

“Lo siento de corazón si hemos generado más dolor a las víctimas del necesario o del que teníamos derecho a hacer". Arnaldo Otegi dixit. Ni siquiera la ayuda de un dron audiovisual dibujaría el perimetraje sentimental de tan ambivalente, que no ambivaliente, declaración. A la antigua usanza, Otegi aprovechó para encalar su imagen como quien encala un patio cordobés.

Sin posibilidad de acudir al blanqueo, el presidente en funciones se ha quedado en blanco. E incapaz de llenar su banco, el azul del Gobierno. Nuestro paisano Joaquín Leguina, que habla incluso mejor que escribe, retrató el otro día a Sánchez como “mucho más listo y mucho más duro que Zapatero”. Teniendo en cuenta que a ZP le llamaban “Bamby”, la dureza del actual presidente resultaría discutible.

Atentos, pues, al riesgo de que se incendie la investidura de Sánchez y nadie sea capaz de perimetrar su extensión ni de blanquearle como candidato hasta sumar los 176 votos que necesita el 23 de julio. Apuesten dólares Trump contra galletas Fontaneda a que la segunda ola de calor del verano llegará ese día. Seguro.

Blanquear y perimetrar sin Gobierno
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