Petr Ginz se puede considerar que era un adolescente superdotado, ahora llamarían de altas capacidades, que la sinrazón y la locura y la maldad humana lo convirtió en ceniza y humo.
Dos chicas tuvieron que ser rescatadas por agentes de la Policía Local, ya que se encontraban en el descansillo del edificio descalzas, desorientadas y afectadas sus vías respiratorias.