En medio de tanta gente
Tuve sensaciones ya perdidas, de mucho tiempo atrás, de cómo nos tratábamos las familias en circunstancias parecidas. Ahora todo es más aséptico; cada uno en su corralito
Tuve sensaciones ya perdidas, de mucho tiempo atrás, de cómo nos tratábamos las familias en circunstancias parecidas. Ahora todo es más aséptico; cada uno en su corralito
Me preparaba para una vida que imaginaba que solo con la ambición suficiente se podría sacar adelante. Todavía no sabía nada de reveses, frustración…
La historia, para bien o para mal, nos lleva hacia la figura de ese visionario, como otros ha habido, que ocurre que cuando coinciden una desilusión general, miseria y hambre (el verdadero motor de las revoluciones) y es capaz de despertar a esa bestia dormida y humillada que es el pueblo y orientarlo en alguna dirección son capaces de darle un empujón a la historia.
Así crecimos. Dando gracias veraces cuando la cosa las merecía y también irónicas cuando no las merecía. Lo de “muchas gracias” se guardaba para ocasiones especiales porque tenía una connotación casi servil que era algo de lo que también teníamos que huir
Ahora los adioses son efímeros. Son más bien un “nos vemos luego”. Esté donde esté el que se marcha le podemos encontrar al rato en las redes sociales o tirando de móvil
Como la historia corre a tanta velocidad convivimos con personas a la que por suerte o desgracia les tocó el nombre según caía en el santoral, lo cual era costumbre sobre todo en pueblos y aldeas.
Qué tendrán esa noches en las que, conscientemente rechazado el aire acondicionado, nada mueve la cortina de la ventana abierta y sin embargo entran por ahí aquellos a los que creía olvidados
Con la confianza instalada se desvanecen miedos, temores instintivos, se suelta la mano en los primeros pasos porque si te tambaleas sabes que te sujetarán
Esta campaña ha sido la de los mentirosos, otras han sido de acusación de corrupción. Otras ya veremos
En estos tiempos de tanta consulta popular parece que algunos también están recibiendo su guantazo en diferido. Simplemente por llevar una matrícula de partido que malogra su buena gestión por las andanzas de sus “mayores”
Se presentó como Juan en la partida de bautismo y José en el carnet de identidad: “Cosas de pueblo de aquella época”, les dijo. A pocos iba entrando en la conversación del grupo hasta que se apoderó de ella
Esa pérdida de tonos es un buen paralelismo con la vida. Saber perder, idealmente poco a poco, es parte de la vida.
La guerra de Ucrania, que es una invasión, en la que con cobardía los países y sus gobiernos, intentando que no se entere nadie, mandamos apenas unos cuantos carros de combate.
La mirada perdida, derramando lágrimas, seguramente aprovechaba la ausencia de clientes para “soltar presión” y digerir la mala noticia o el recuerdo que tenía que superar.
Los motes se pueden generar en cualquier momento. Por ejemplo: iba Luis de caza y uno de sus perros le mordió la pierna. Fue Luis y le mató. Y lo contó. A partir de ahí fue Luis el “Mataperros” para siempre.
Me dio por pensar en la “okupación”. En este caso de asiento y poltrona. Una vez que se asienta uno/a se disfruta de una especie de posesión. Ficticia, desde luego.
Declaramos que desde ese momento éramos república independiente, sin discursos, ni desfiles ni referéndum ni nada. Eso sí, con lazos de hermandad inquebrantable con la madre patria
Sentía que en la línea que es la vida cuando se va alguien importante, sobre todo si se va antes de “cuando nosotros tenemos previsto”, es como que esa línea se empieza a inclinar hacia abajo, poco a poco, camino del final
El malo es constante en el empeño, tenaz, su objetivo es ambicioso; si es necesario se le puede intentar poner freno. El tonto, por contra, es peligroso. Nunca sabes por dónde va salir ni como llega.
Portugueses sagaces, recientemente, han añadido una estructura fiscal que hace muy atractivo instalar allí cuerpo, mente y haberes… Mirando hacia el Oeste.
En estos tiempos que corren es muy polémico decir que quizá no todos podemos opinar de todo y sobre todo. O que los que han de opinar por nosotros deben tener conocimientos contrastados y que no sea solo una servidumbre política.
Aquel reloj que colgaba de la pared y que lo mismo marcaba bien la hora me hizo pensar en tanta tecnología que nos rodea
El lobo cuando entra en contacto con un rebaño hace el gran destrozo. Lo saben en los pueblos. Y los de las aldeas saben defenderse y como controlar esas poblaciones; solo que ya no se puede. Hay que proteger al lobo de todo mal.
Me temo que ahora vivimos, simplemente, en tiempos de notoriedad. La vida en esta parte del mundo, con excepciones, es simplona y predecible. Hasta superficial.