sábado. 27.04.2024

El absentismo laboral en Cantabria vio en 2023 empeorar sus datos, con 10.160 cántabros que faltaron de media a su trabajo a diario; 3,7 millones de jornadas perdidas, y unos 587 millones de impacto económico para las empresas, según datos del Observatorio de Absentismo Laboral de Mutua Montañesa.

El informe, presentado este miércoles en un foro sobre absentismo celebrado junto a CEOE, recoge datos de aquel absentismo motivado por incapacidad temporal (IT), que supone el 77% del total y es aquel en el que un trabajador se encuentra en situación de enfermedad o accidente que impide su desempeño, bien por contingencia común --aquella no relacionada con su puesto de trabajo-- o por accidente laboral, analizando el nivel de incidencia y de prevalencia para cada uno de ellos.

El documento subraya los "preocupantes valores" de la incidencia (y la prevalencia por enfermedad común, ambas muy por encima de la referencia de 2019, con aumentos del 57,8% y del 49,78%, respectivamente, respecto a ese año.

Además, la continuidad del incremento de incidencia respecto al cierre de 2022 (+11,76%) y los datos que arroja el arranque de 2024 --en enero hay un crecimiento del 47,3%-- "pone de manifiesto", según Mutua Montañesa, la "estructuralidad de estas tedencias negativas" (la prevalencia también aumentó un 3,95%).

El número de jornadas perdidas por absentismo creció, según este informe, un 3,3% con respecto a 2022 a pesar de la desaparición del fuerte efecto del Covid que hubo en ese año, lo que se traduce en un mayor gasto por absentismo por incapacidad temporal para las empresas (+9,8%).

La mayor parte de las jornadas perdidas lo fueron por trabajadores por contigencia común, un total de 3.170.536, que crecieron un 15,93% más que en 2022. Además, otras 500.251 fueron por accidente de trabajo, que también aumentaron un 12,98%, mientras que aquellas relacionadas por el Covid fueron 37.590, un 90,85% menos.

Lo que no ha cambiado de forma significativa es ni las franjas de edad en las que más se concentran bajas, ni los días en los que más hay. Únicamente, la duración medida de procesos cerrados se manifiesta un mayor presencia de procesos largos.

Así, las bajas son más comunes los lunes y van descendiendo a lo largo de la semana y, en su mayoría, vienen protagonizadas por trabajadores de 41 a 50 años (30,53%) o de 51 a 60, con el 29,94%.

La distribución por patología también sigue patrones similares a 2022 y fundamentalmente son por patologías relacionadas con el aparato musculo esquelético, lesiones y traumatismos, seguidas, a distancia, por los trastornos psicosociales.

En cuanto a la duración (de los procesos cerrados), la gran mayoría, casi el 84%, superaron el mes y casi un 39% son de más de seis.

En cuanto a sectores y actividades más afectadas por el absentismo, aquellos con mayor volumen de jornadas perdidas por persona fueron el de la recogida, tratamiento y eliminación de residuos y valorización; la fabricación de productos minerales no metálicos; la metalurgia y fabricación de productos de huiero, accero y ferroaleaciones; la industria de la alimentación o la construcción de edificios.

El informe ha sido presentado en una jornada inaugurada por el consejero de Salud, César Pascual; el presidente de CEOE-Cepyme, Enrique Conde, y el director de Mutua Montañesa, Alberto Martínez, que han coincidido en mostrar su preocupación por las cifras del absentismo y en reconocer que se trata de un problema "complejo" y "multifactorial", de difícil resolución a corto plazo y en el que todas las partes implicadas deben trabajar.

Según Pascual, el absentismo es un fenómeno que "nos está desbordando", no solo en Cantabria sino en España, y ha subrayado que la comunidad autónoma tiene de las "prevalencias más altas del país", algo que, a su juicio, "tiene que ver" con el envejecimiento de la población y también --ha reconocido-- "por la falta de respuesta" del sistema de salud que está "saturado".

Espera que la "mejora" de las listas de espera, sobre todo aquellas relacionadas con las consultas y pruebas diagnósticas --donde ha dicho ya se están registrando "descensos importantes, pero queda camino--, contribuyan a rebajar el absentismo.

Sin embargo, ha aclarado que ello "puede reducir la duración de la baja, pero no la cultura de que haya bajas" y cree que, además, hay que trabajar en reducirlas.

Entre las medidas que, según ha dicho, "parece que funcionan" y contribuyen a reducir el absentismo, aunque sin ser la solución, son favorecer la conciliación o el teletrabajo.

También ha destacado lo que podría contribuir a enfrentar el problema del absentismo es que las mutuas puedan colaborar con el sistema de salud en la gestión de las bajas, lo que mejoraría la "agilidad", además de políticas que puedan desarrollarse en los servicios de prevención de las empresas.

Por su parte, el presidente de la patronal, Enrique Conde ha alertado de que Cantabria tiene "un verdadero problema" con el absentismo laboral, que se está convirtiendo es "un problema estructural" de la economía y necesita "soluciones urgentes" desde la colaboración público-privada y que debe implicar a gobierno, sindicatos, empresas y trabajadores.

Para Conde, el absentismo es "una barrera a la inversióon y la atracción de capital humano y de talento" y ha subrayado la intención de CEOE a "dar la batalla en el este aunto porque va la vida y ñla continuidad de muchas empresas en ello".

Crece el absentismo laboral en Cantabria
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