Si exceptuamos la masiva manifestación contra el proyecto de central nuclear en el verano de 1977, de variado apoyo e impreciso origen, en el año 1979 se produjeron algunas iniciativas espontáneas como el concierto en defensa de las dunas de Somo, o las acciones de particulares contra la saca de arena de las dunas de Liencres.
En la década de 1980 surgieron grupos locales centrados en los problemas de su entorno, con incipiente aparición esporádica en los medios. Así, la Confederación Ecologista de Campoo-Reinosa, la Asociación de Playas y Costas en Santander, el Grupo Ecologista de Cóbreces, el Grupo Ecologista de Camargo, GRUNAC en Castro Urdiales y ALBACORA en Laredo.
Es en el invierno de 1984, con la fundación de ARCA, cuando nació la primera iniciativa de ámbito regional con vocación de permanencia estable. En 1985 se formó la Coordinadora en Defensa del Litoral, que con el tiempo se convertirá en Ecologistas en Acción Cantabria. Ambas organizaciones permanecerán activas sin interrupción hasta nuestros días, implicándose y protagonizando la mayor parte de las campañas y reivindicaciones ecologistas en nuestra comunidad.
La Campaña en Defensa de Oyambre en 1985-86 supuso un hito histórico para el movimiento ecologista, al mostrar ante la sociedad cántabra su capacidad para organizar una estrategia bien diseñada, coordinada, desarrollada y culminada con éxito, que condujo a la declaración del Parque Natural de Oyambre. Desde entonces, pueden destacarse algunos de los logros más significativos:
En 1986 se participó activamente contra la construcción de una presa en el Pas paralizándose el proyecto, y en 1987-88 tras la campaña en defensa de las zonas húmedas, se consiguió la primera sentencia europea contra el estado español, por la que se vio obligado a declarar el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Noja y Joyel.
Entre 1988 y 1992 los grupos cántabros coordinadamente con los de Asturias y Castilla y León, participaron activamente en el desarrollo de las campañas interregionales en defensa de la Cordillera Cantábrica y de los picos de Europa. Estas campañas culminaron exitosamente con normativas que además de paralizar diversos proyectos agresivos, garantizaron la preservación de las áreas de montaña y el hábitat de especies emblemáticas como el oso pardo, a la vez que consiguieron la declaración del Parque Nacional de los Picos de Europa.
Ante la persistencia del deterioro de la costa por construcciones, en el verano de 1992 tuvo lugar la Campaña en Defensa de la Playa de La Arena en el ayuntamiento de Arnuero, en la que un hecho alcanzó gran repercusión social: numerosos ecologistas fueran encarcelados a consecuencia de las acciones directas. Como resultado de la denuncia ecologista, se consiguió por primera vez la anulación judicial de un proyecto y la paralización del planeamiento de un municipio. Fue la primera victoria judicial urbanística que el ecologismo conseguía, y con ella se abrió un precedente que daría grandes resultados en el futuro.
A partir de 1994 se desarrolló una campaña contra los numerosos proyectos de canteras diseminados por toda Cantabria, formándose una coordinadora de pueblos afectados que realizaron numerosas movilizaciones, obteniéndose sentencias judiciales favorables y la paralización de unos 20 proyectos.
Acción en el Palacio de la Magdalena - Verano 1989
A partir del año 2000, y como consecuencia de las numerosas denuncias judiciales por construcciones ilegales en la costa, se produjo una cascada de sentencias favorables a los ecologistas, arrojando el escandaloso balance de 859 sentencias firmes de derribo. Escándalo que aún pesa sobre la clase política cántabra y la credibilidad de las instituciones, y que a día de hoy continúa sin resolver.
Desde el 2001 se consiguió mejorar el trazado de la autovía de la meseta ante el riesgo de afección a zonas de valor ambiental. En diciembre de 2002 comenzó a llegar a la costa el chapapote procedente del hundimiento del Prestige, generándose durante medio año una intensa actividad de voluntariado para limpiar las playas y acantilados coordinados por Ecologistas en Acción y ARCA, así como numerosas personas que con posterioridad se organizaron en colectivos como Costa Quebrada.
Manifestación de la primavera de 2003
Los largos años de campaña y la presión de la opinión pública obligaron a los políticos regionales en 2004 a la declaración de una figura que el ecologismo cántabro llevaba 20 años reivindicando: el Plan de Ordenación del Litoral (POL). Lo que supuso un cambio favorable de ciclo en la conservación de los paisajes y ecosistemas costeros.
Los proyectos de construcción de puertos deportivos también fueron objeto de campañas por parte de los grupos ecologistas, quienes unidos al rechazo popular de la población y del ayuntamiento de Castro Urdiales lograron paralizar en 2004 el proyecto de macropuerto. Con posterioridad en 2018, el proyecto de puerto deportivo de San Vicente de la Barquera, generó la oposición de la plataforma contra el puerto, obteniéndose una sentencia judicial que ha paralizado su construcción.
Entre 2008 y 2013 se efectuaron numerosas denuncias judiciales por vertidos de residuos industriales y emisiones a la atmósfera, destacando especialmente las efectuadas contra la empresa SNIACE. En el verano de 2011 se inició la campaña contra el fracking, que desarrollada durante varios años culminó con su prohibición en Cantabria: campaña intensa y larga, en la que se constituyeron varios grupos locales o por valles, coordinados por la Asamblea Contra la Fractura Hidráulica de Cantabria.
En 2013 como consecuencia de una demanda ecologista, se anuló el proyecto de bitrasvase del agua del Ebro. Posteriormente como consecuencia de otra demanda, el Tribunal Supremo anuló en otoño de 2016 el Plan General de Ordenación Urbana de Santander, que pretendía agotar todo el territorio municipal con construcciones.
A lo largo de la última década, los principales grupos ecologistas participan sistemáticamente en la realización de alegaciones y sugerencias a los planes y proyectos de la administración regional, al ser reconocidos como parte interesada.
A fecha de hoy las amenazas ambientales siguen siendo las mismas y por similar motivo: la generalizada falta de aprecio de los políticos cántabros hacia su territorio, y su pertinaz tendencia a agredirlo constantemente. No es casual que la comunidad aún no cuente con un Plan de Ordenación del Territorio, mientras se intentan desarrollar anacrónicamente megalómanos proyectos desarrollistas y brutalistas de diversa índole.
Tras casi cuatro décadas de actuación constante del movimiento ecologista cántabro, existe un consenso entre quienes conocen el desarrollo de las campañas ambientales desde el inicio: sin la acción del movimiento ecologista cántabro, Cantabria hoy en día no sería reconocible.
Viene de: [BLOQUE 4 | ARTÍCULO 21] El cantabrismo ante las transformaciones de la población de Cantabria
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