El Grupo Municipal de Torrelavega Sí considera que el equipo de Gobierno debe incluir en el presupuesto de 2018 una partida destinada a iniciar los trámites de recuperación del Palacio Municipal e instar a otras administraciones a que participen "de una actuación de salvamento que ya es urgente” para “evitar un mayor deterioro de un edificio referente de la ciudad y de notable valor patrimonial".
Por su emplazamiento y singularidad el edificio es "la imagen más emblemática y recurrente de nuestra ciudad"
Torrelavega Sí considera que la actuación que se debe acometer es "de grandes proporciones", tanto por el volumen de la obra en sí misma, como por el coste de los trabajos y la delicadeza que implica la protección del patrimonio cultural que alberga el edificio, por lo que deberían implicarse todas las administraciones en la recuperación de una pieza "singular".
Para Torrelavega Sí, el Palacio Municipal es, además de sede institucional y dependencia administrativa, "una de las joyas" del catálogo de la arquitectura civil del municipio; y por su emplazamiento y singularidad es, "sin lugar a dudas, la imagen más emblemática y recurrente de nuestra ciudad, objeto de numerosas reproducciones y marca de referencia para Torrelavega".
Sin embargo, y pese a su valor patrimonial, al encontrarse en el mismo corazón de la ciudad y al seguir albergando parte de la actividad municipal, el edificio del Bulevar Demetrio Herrero "muestra unos evidentes síntomas de decadencia y de fragilidad en su estructura que comienzan a ser un verdadero riesgo para transeúntes, visitantes y, de manera muy especial, para el personal que tiene allí su puesto de trabajo", señala Torrelavega Sí en alusión al aumento de grietas que ha motivado el desalojo del inmueble.
Además de la "prioritaria seguridad" de las personas, Torrelavega Sí señala en un comunicado de prensa que hay que considerar también "la amenaza real de una irreparable pérdida" de valores artísticos, como lo es la obra de Rucoba en sí misma, además de la escalera de mármol de Carrara, el artesonado del vestíbulo o las pinturas de Fraxenet que decoran el Salón de Plenos.
