miércoles. 01.05.2024

La vida está llena de casualidades o quizás causalidades, nunca he sabido decantarme. El caso es que me encontraba por Santoña para ir al dentista, cuando me tropecé con mi amigo Sergio Labrador, fisioterapeuta director de la clínica Artros de la villa. Al hilo de una convencional conversación de quienes no se ven hace tiempo, y del típico ¿qué tal vas?, me surgió como una llamada de socorro: ¡Bien! Pero un poco agobiado, porque en tres semanas voy a hacer la Zegama, uno de los maratones de montaña más importantes del mundo, y estas viejas rodillas me están dando mucha guerra. Pásate por la consulta al salir del dentista -me dijo-.

Así fue como tras una exploración de mis rodillas, con buen pronóstico, me comentó que acababa de comprar la máquina de crioterapia que fuera de Cristiano Ronaldo, para iniciar innovadores tratamientos en colaboración con el Centro DePura Vida de Colindres, y que si quería podía probar los beneficios de esa máquina tan habitual en los deportistas profesionales. Conociendo la trayectoria de Sergio y su trabajo con deportistas de élite de la liga de fútbol y la ACB, centrado en la investigación de tratamientos innovadores para recuperar lesiones y acortar los plazos, no tuve ninguna duda: había que probarlo.

Máquina de crioterapia que perteneció a Cristiano Ronaldo
Máquina de crioterapia que perteneció a Cristiano Ronaldo

Y allí me veo yo, emulando a los grandes deportistas metido en ese cilindro metálico, dispuesto a probar una experiencia que debo reconocer me daba un cierto respeto. Se trata de sesiones de crioterapia de unos tres minutos en los que pasamos en cuestión de segundos primero a +80º para descender vertiginosamente a -190º, repetir el ciclo de contraste para finalizar los dos últimos minutos en ese frío congelador que se produce gracias a vapor de nitrógeno. A pesar de estas temperaturas extremas, la sensación general es placentera y quizás solo en los últimos 30 segundos empiezas a sentir una fuerte sensación de frío. En la segunda sesión quise probar de forma más rotunda los efectos, así que antes realicé un entrenamiento de alta intensidad consistente en subidas y bajadas al Monte Cincho durante 90´ sin descansos. Tras la crioterapia Saray y Sergio me aplicaron un tratamiento de presoterapia, y  sinceramente el resultado fue espectacular, ya que normalmente me siento muy trabado en las horas posteriores a entrenamientos fuertes, y en esta ocasión la sensación al terminar la sesión era parecida a la de una recuperación completa tras una noche de descanso.

Según Sergio, son muchos los beneficios de este tratamiento, y de ahí que haya sido tan bien acogido por los deportistas profesionales: calma el dolor, reduce microrroturas, incrementa el rendimiento deportivo, reduce el tiempo de recuperación y previene lesiones. Además tiene otros muchos beneficios más allá del deporte y más vinculados a la salud y el bienestar corporal, aunque frente a este tipo de tratamientos tan explosivos, conviene avanzar poco a poco, ser prudente, y hacerlo siempre bajo la prescripción de un buen profesional.

Tratamiento en la clínica
Tratamiento en la clínica

Me quedan 10 días de entrenamientos intensos antes de plantarme en una carrera de 42 km. y un desnivel acumulado de 5.472 m., donde compartiré salida con Kilian Jornet, Emelie Forsberg, Manuel Merillas, Aritz Egea, Jonathan Albon, Remi Bonnet, Oihana Kortazar, Nienke Brinkman, Sara Alonso, Maude Mathys, Nienke Brinkmano, y por primera vez un grupo de corredores keniatas que se estrenan en la modalidad de las carreras de montaña. Pero eso será motivo de otra crónica.

Probando la máquina de crioterapia de Cristiano Ronaldo para preparar la Zegama
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