viernes. 26.04.2024

La carrera política de Íñigo de la Serna ha llegado a su fin, al menos de momento. El exministro de Fomento y exalcalde de Santander ha anunciado que ha decidido dejar la política, estando su futuro, previsiblemente, en el sector privado como ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. El anuncio, realizado a El Diario Montañés, eliminaría igualmente la posibilidad de que fuera candidato del PP a la Presidencia de Cantabria en las próximas elecciones autonómicas de 2019, opción que la propia presidenta de los ‘populares’ cántabros, María José Sáenz de Buruaga, no descartó al afirmar en marzo que “no es una locura”.

La decisión del exministro se produce días después de que Soraya Sáenz de Santamaría perdiera las primarias a la Presidencia del PP tras la decisión de Mariano Rajoy de abandonar el cargo. La que fuera vicepresidenta del Estado, a quien De la Serna apoyó explícitamente y en cuya campaña se volcó activamente, perdió la votación frente a Pablo Casado, quien ha querido integrar a miembros de la candidatura de su rival en la nueva Ejecutiva. Ese ha sido el caso de De la Serna, a quien esta misma semana se le ha ofrecido ser secretario del área de Fomento, “una humillación” según fuentes de la candidatura de la exvicepresidenta que finalmente fue rechazada por el exalcalde de Santander. Tras esta decisión, el siguiente paso ha sido abandonar la política.

De este modo, De la Serna pone fina casi dos décadas en las que, además de ministro y alcalde, ha sido presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y ha encabezado el Consejo de Municipios y Provincias de Europa, entre otros cargos. En un tuit publicado este sábado, el exalcalde afirmaba que pone "punto y aparte a casi dos décadas de servicio público", dando las gracias "a todos los que habéis estado ahí".

Tras salir del Gobierno de España con la aprobación de la moción de censura del PSOE de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy, De la Serna dijo que necesitaba un periodo de reflexión para decidir cuál sería su futuro ya que fue el único ministro de Rajoy que no era ni diputado ni funcionario.

Pero, al convocarse el Congreso Extraordinario del PP, dejo a un lado esa reflexión. Primero dejo entrever que podría ser candidato y después, a escasas horas de cerrarse el plazo para presentar candidaturas, anunció que apoyaría en el proceso a Sáenz de Santamaría.

De la Serna comenzó su carrera política en 1999 cuando fue elegido por el consejero cántabro de Medio Ambiente José Luis Gil como jefe de gabinete.

Tras su labor en ese cargo, el entonces alcalde de Santander Gonzalo Piñeiro le eligió en 2003 para ser concejal de Medio Ambiente, Aguas y Playas del Ayuntamiento y en 2007 fue candidato a la Alcaldía de la capital cántabra y ganó las elecciones revalidando la mayoría absoluta que tenía Piñeiro, algo que también logró en los comicios de 2011.

La situación cambió en las elecciones de 2015, a las que volvió a concurrir como candidato a la Alcaldía a pesar de haber estado durante meses entreabriendo la puerta a la posibilidad de no presentarse. En esos comicios, el PP perdió la mayoría absoluta en Santander y tuvo que firmar un acuerdo con Cs para poder con su apoyo para ser investido alcalde.

Un año y medio después, en noviembre de 2016, De la Serna fue llamado por el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy para sumarse a su Consejo de Ministros y llevar la cartera con mayor capacidad inversora, la de Fomento, cargo que aceptó y en el que ha ejercido hasta el pasado 1 de junio cuando se aprobó en el Congreso la moción de censura.

REACCIONES

Tras conocerse la noticia, varios dirigentes de diferentes partidos han valorado la decisión del exministro. La presidenta del PP cántabro, María José Sáenz de Buruaga, que contó con su apoyo en el Congreso Regional en el que fue elegida, ha expresado su "profundo respeto" por la decisión, y ha considerado que el PP y España pierden "un capital político de primera magnitud".

Precisamente este viernes, a preguntas de la prensa, dijo que De la Serna ocuparía en el partido "el lugar que quisiera". Ahora considera que De la Serna ha tomado esa decisión tras "un tiempo de maduración y reflexión personal" y cree que "no puede sorprender a nadie".

"El PP, y yo personalmente, vamos a echar mucho de menos a Iñigo de la Serna porque es una persona que por donde pasa deja huella, pero la política es así, se abren y se cierran ciclos todos los días, y tenemos que aprender a vivirlo y entenderlo con naturalidad", ha añadido Sáenz de Buruaga.

Por su parte, Casado ha manifestado que espera que la retirada del exministro de Fomento sea "temporal" porque el partido necesita "talentos como el suyo".

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha expresado su respeto por la decisión, asegurando que "es joven e igual tiene ahora mismo otras expectativas que hay que respetar".

El líder del PRC ha sido más crítico sobre su paso por el Ministerio de Fomento, lamentando que lo que ha dejado De la Serna a Cantabria son "proyectos en papeles y dibujos" y que no haya "conseguido adjudicar ni un kilómetro de AVE". "Año y medio no es mucho tiempo pero podía haber dejado adjudicado o licitado un tramito", ha añadido el presidente cántabro.

El más crítico ha sido el delegado del Gobierno en Cantabria y secretario general del PSC-PSOE, Pablo Zuloaga, quien ha considerado que deja la política "porque ha perdido el respaldo de sus compañeros como ya fue perdiendo el respaldo de los ciudadanos".

Para Zuloaga, es "evidente" que ese es el motivo por el que De la Serna "sale de la escena política", ha dicho este sábado a preguntas de la prensa tras asistir al acto por el Día de las Instituciones en Puente San Miguel (Reocín).

"Las personas que entramos en política lo hacemos por vocación y porque obtenemos el respaldo primero de nuestros compañeros y después de la ciudadanía, evidentemente si Íñigo de la Serna sale de la escena política es porque ha perdido el respaldo de sus compañeros como ya fue perdiendo el respaldo de los ciudadanos", ha señalado el líder socialista.

De la Serna abandona la política tras rechazar la “humillación” que le ofrecía Casado
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