El futuro del Racing de Santander pasaba, al menos en parte, por lograr el ascenso de categoría. Competir la próxima temporada en Segunda División permitiría no solo más visibilidad a un club tradicionalmente de Primera División, sino una inyección económica que ayudaría a paliar, al menos en parte, los acuciantes problemas que atraviesa el equipo, en el que jugadores y cuerpo técnico llevan sin cobrar meses.
Pero el Racing dijo adiós al ascenso a Segunda División tras la derrota sufrida ante el Cádiz CF en El Sardinero (0-1) el pasado domingo. El tanto del ex verdiblanco Álvaro García a falta de media hora para el final truncó el sueño de la remontada del conjunto cántabro, y con él llega la pesadilla de un futuro incierto que amenaza serios problemas para la viabilidad económica del proyecto.
Por lo pronto, la derrota se ha cobrado ya su primera víctima. Pedro Munitis, en la rueda de prensa posterior al encuentro, anunció que no continuará en el banquillo del Racing la próxima campaña puesto que “no se ha cumplido el objetivo del ascenso. Quiero agradecer a todos los jugadores su comportamiento, su profesionalidad y compromiso. Yo no voy a seguir como entrenador pero creo que este club tiene mucha vida por delante, porque esa vida se la dan sus seguidores, a los que quiero agradecer también el comportamiento que han tenido con nosotros durante esta temporada”.
