viernes. 17.05.2024

"Querido sobrino te escribo unas líneas para darte las gracias por el viejo vinilo que me enviaste. Me alegra la vida. Más no puedo pedir". Marie, mi tía, riega los girasoles en la soledad de la campiña francesa. A veces se le hincha la barriga y según las cuentas de su oncólogo ya debería estar muerta. Rehusó la quimioterapia. Llevo meses sin verla desde que conoció el fatal diagnóstico.                                                                                          

Desde entonces la telefoneo o la envío alguna carta. Mi tía nunca se adaptó a las nuevas tecnologías, pero sigue siendo una mujer sabia. "Lee todo lo que puedas, pero no seas un ratón de biblioteca. Sé siempre tú, honesto". Marie se quedó dos veces viuda y no tuvo hijos. Pienso en ella. Deseo que su muerte sea dulce y que la tierra le sea leve. Ahora seguro que está a punto de acostarse después de tomarse un yogur. El viento acompaña su duermevela.

Marie
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