viernes. 26.04.2024

Populismo también con el clima

Donald Trump ha sacado a Estados Unidos del acuerdo climático mundial. Es su primer gran desplante global, pero no será el último. El presidente norteamericano no sabe trabajar en grupo, y todo lo pone en cuestión, desde Naciones Unidas, la Unión Europea o la OTAN. El planeta, el clima o la supervivencia del medio ambiente, tampoco suponen nada para este magnate populista que dice amar a los obreros.

La Tierra está repleta de maravillas naturales pero quienes tenemos la suerte de habitarla no paramos de arrasarla (el Amazonas), y contar al tiempo mentiras sobre el futuro que le espera a las siguientes generaciones que tienen que disfrutar de todas las bondades de un planeta que no merecemos. En vez de conservar, preferimos estar a las predicciones estúpidas. Por ejemplo: Que en 2020 China conectará Beijing a Londres a través de trenes de alta velocidad. Por ejemplo: Que en 2040 un gran asteroide puede amenazar la Tierra. Por ejemplo: Que en 2050 Facebook ya no me preguntará qué estoy pensando, porque lo sabrá. ¡Chorradas! Nos manipulan vilmente con historias de este tipo, cuando quienes dirigen nuestro destino son incapaces de cumplir los acuerdos firmados, como el de la Conferencia de París sobre el Clima de 2015. En aquel entonces, 195 países, Estados Unidos también, firmaron el primer acuerdo mundial vinculante sobre el clima. Cometido principal de lo firmado: Reducir paulatinamente las emisiones de gases contaminantes que están cambiando la fisonomía del planeta y provocando variaciones en las temperaturas que amenazan con destruir y desertizar zonas enteras como puede ser el caso del Polo Norte.

En las filas de los que no ven peligro medio ambiental se encuentran quienes viven bien y tienen de todo

El Cambio Climático ha tenido siempre defensores y detractores, casi a partes iguales. En las filas de los que no ven peligro medio ambiental se encuentran mayormente quienes viven bien y tienen de todo. Nadan en la abundancia, y se muestran contrarios a cualquier decisión que altere su opulenta forma de vida. Del presidente Kennedy es la frase de que la realidad suprema de nuestro planeta es su vulnerabilidad. Donald Trump no opina lo mismo y dice que el acuerdo climático de París “perjudica a EEUU, y deja a los trabajadores estadounidenses, a quienes amo, y a los contribuyentes con los costes en términos de pérdida de empleo, salarios, fábricas cerradas y menos producción económica”. ¡Venga ya!, Trump solo se ama asimismo, y no puede ser más imprudente con un bien tan universal como es el clima. Me espero que el empresario inquilino de la Casa Blanca solo ha hecho que empezar e iremos en todo a peor.

Trump y su Gobierno de magnates como él respetan solo el dinero

La formas del magnate presidente no atienden a razones de lazos entre  países (Naciones Unidas), respeto a los buenos aliados (Unión Europea), una defensa común (la OTAN) o prevalencia de vieja y leal amistad hacia Inglaterra, a quien está dejando con el culo al aire en los atentados de la yihad y las continuas filtraciones sobre la seguridad interna británica. ¿Qué o a quién respeta Donald Trump, si actúa así con el saneamiento obligado de todo un planeta? Al dinero, Trump, su millonaria familia y un Gobierno de potentados como él, respetan solo el dinero. Estados Unidos cuenta con otros multimillonarios que no plantean las mismas barbaridades. Bill Gates que todo lo que se produzca industrialmente ha de ser “limpio, barato y escalable”: Y por eso creó a finales de 2016 un fondo de energías limpias, dotado inicialmente con 1.000 millones de dólares. Le acompañan en esta lucha contra el Cambio Climático otros poderosos empresarios como Jeff Bezos (Amazon) o Richard Branson (Virgin). ¿Tampoco se fija Trump en lo que hacen los grandes industriales norteamericanos, creadores de millones de puestos de trabajo estables, empleos a los que alude con una demagogia que produce vergüenza?  El mandatario está contra la prensa libre, porque dice que todo lo que publica sobre él es mentira. El periodismo persigue lo contrario, la verdad. A los pocos meses de ser presidente, mucho huele a intereses personales y hay opacidad sobre decisiones, esta del clima, que se toman sin debate político alguno dentro de los Estados Unidos. Alguien debería darle este consejo sabio de un anónimo que vaticina que cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero. Parece escrito para el tuiteador número uno de la Casa Blanca, que pasa gran parte de la noche despierto y viendo la televisión.

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