sábado. 27.04.2024

No soy perfecta, ¿y qué?

La lucha del patriarcado contra la mujer difiere según el país, la cultura o la religión que te toque vivir. En un país desarrollado, como el nuestro, el machismo patriarcal se ha encontrado, de forma muy resumida, con las mujeres ubicadas en tres estadios de evolución feminista.

Las primeras serían aquellas que aún no reconocen el machismo y la misogamia, aún son víctimas: las mujeres feministas nos encontramos frente a ellas en la lucha.

El patriarcado ha encontrado un aliado perfecto en el capitalismo

Las segundas son las mujeres que empiezan a ver que el feminismo lucha por sus derechos y ellas eligen si aplicarlos o no, pero aún no han roto ese muro de su entorno. Por muchas causas, como el estatus social, la dependencia, quizá la violencia…

Las terceras somos las feministas. No porque nadie nos dé un título, sino porque cada día y no solo el 8 de marzo, luchamos por la igualdad efectiva y real, siempre a costa de sacrificar algún aspecto de nuestra vida. Me gusta llamarnos las feministas liberadas.

Estemos en el punto en el que estemos, el patriarcado ha encontrado un aliado perfecto en el capitalismo. Ya lo eran, pero han encontrado un estereotipo totalmente idóneo, que es el de la mujer perfecta.

Pongámonos en contexto. La mejor forma de combatir el patriarcado es desde la infancia, desde el momento en que nacemos, realmente, ya que hasta los seis años es cuando más se forjan los valores y posicionamientos que luego desarrollaras a lo largo del resto de la infancia y adolescencia. Por eso Hitler y Franco quemaban libros y censuraban a los medios. Como decía Concepción Arenal: “Abrid escuelas y se cerrarán cárceles”. ¿Qué pasa con esas mujeres adultas que han conseguido educarse y se están escapando del patriarcado?

—Vamos a crear la superwoman—dijo el patriarcado y contestó el capitalismo—. Genial, esto incentivará el consumo desmedido.

¿Qué es la superwoman?

Es una mujer adulta que es capaz de tener una carrera profesional, sus hijos e hijas perfectos e impolutos y la casa perfecta y superlimpia. Esta mujer, a las 8 de la mañana, ya ha dejado a sus hijos e hijas perfectamente vestidos y conjuntados en el colegio y está entrando por la puerta del trabajo enteramente conjuntada. La goma que lleva en el pelo pega con los stilettos. Impoluta, vamos. Trabaja sus 8 horas, va a buscar a las hijas e hijos al colegio, los lleva a las actividades, va al gimnasio, hace la cena y lee un cuento. Además, cuando hay actividades escolares o extraescolares tiene tiempo de ir a verlos y todavía le sobra tiempo para salir a tomar algo.

¿Dónde entra el capitalismo?

No pasa nada si no somos las mujeres perfectas. Cuídate para poder cuidar de las tuyas y tuyos

En que para hacer todo esto necesita ayuda de aparatos, objetos (si son de marca mejor) o personas que pueden ser de la familia o, si son externas, generalmente están precarizadas.

¿Qué pasa si no puedes ser una superwoman?

Llegados aquí hay dos variantes de mujer:

Las primeras son a las que les da igual ir mal peinadas, combinar colores que desde lejos no son compatibles, llevar la ropa con el lamparón porque ha estado dando de desayunar a su hija o hijo, si pueden van en playeras, no tiene la carrera perfecta, no tiene la casa perfecta… Pero lo más importante: aunque todas somos víctimas de los estereotipos, este no les influye tanto en su salud mental.

Las segundas, lamentablemente, son las que al intentar ser esa superwoman, o al no conseguirlo por diversos motivos, sufren daños en su salud, pues la sociedad patriarcal las castiga, les produce una tensión corporal y una carga mental que las va minando día a día, de poco a poquito hasta que ¡bam! Empiezan los problemas de ansiedad, agotamiento, depresión, etc. La salud física es importantísima, pero la mental también y a veces no lo apreciamos o tardamos en darnos cuenta de que está afectada.

No pasa nada si no somos las mujeres perfectas. Cuídate para poder cuidar de las tuyas y tuyos. Y vivan las imperfecciones.

No soy perfecta, ¿y qué?
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