sábado. 27.04.2024

Erradicar la violencia de género sigue siendo una lucha permanente de los diferentes gobiernos de turno, de expertos y de la sociedad.
Una lacra que, lejos de desaparecer, continúa en aumento con más víctimas cada año. En España el pasado año fueron asesinadas a manos de sus parejas 54 mujeres. En concreto, en Cantabria, aunque no hubo víctimas mortales, se registraron 374 denuncias, un 5,95% más que en 2013.
Además, más del 60% de las víctimas y los denunciados pertenecían al rango de edad de 25 a 44 años.
En el encuentro “Violencia de género, logros y retos de futuro”, que se ha desarrollado en la UIMP, Teresa Peramato, fiscal adscrita a la Sala contra la Violencia sobre la Mujer, ha propuesto una serie de medidas para acabar con esta lacra social.
Peramato ha hecho hincapié en la necesidad de modificar el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para que “no se le reconozca a la víctima la posibilidad de no declarar” y dar “una respuesta punitiva y protectora”.
Para ello, uno de los puntos fundamentales para la fiscal es aumentar la edad hasta los 18 años para contraer matrimonio y así evitar los enlaces forzosos.
En cuanto a las denuncias, Peramato ha explicado que “se ha producido un descenso en años recientes” y, ha añadido, que “solo el juez puede proteger a la víctima si tenemos consciencia del hecho violento”.
Sobre las agresiones sexuales fuera de los matrimonios y parejas, ha expresado su deseo de que en España se consideren delito de violencia de género pero, para ello, ha sugerido una “respuesta integral, especializada y multidisciplinar” para cumplir con las propuestas del Convenio de Estambul. 
Peramato ha primado la seguridad de las víctimas, pero ha apuntado que “los maltratadores puedan ser reinsertados gracias a los tratamientos psicológicos, con la esperanza de que cambien sus conductas, actitudes y creencias para que en futuras relaciones no se reproduzcan”.
Tratamiento de maltratadores
José Luis Graña, director del Programa de tratamiento de maltratadores, también ha intervenido en el encuentro de la UIMP, donde ha explicado que para evitar el abandono en los programas de tratamiento psicológico para maltratadores condenados, es necesario un planteamiento “individualizado” y “flexible” en consonancia con “la particularidad de cada caso”.
“La agresión no surge porque sí” y es el resultado de un “manejo inadecuado de las emociones”, ha comentado Graña, que se debe traducir en un estudio del sistema emocional del maltratador y del “ámbito” en el que se produce la situación. 
Asimismo, ha matizado que no hay “una tipología homogénea” del hombre violento, por lo que “la mayoría de los programas a nivel internacional de orientación feminista que emplean este tipo de intervención sufre una tasa de abandono muy alta, de cerca de un 40% en los tres primeros meses del plan, incluso si tienen la obligación de cumplirlo”.
El objetivo del programa de Graña implementado en 2005 parte de la premisa de “convencer a los maltratadores de las ventajas y beneficios personales y psicológicos del tratamiento”.
Dicho programa tiene una duración aproximada de entre seis y nueve meses de intervención, adaptándose a cada caso concreto, por lo que la tasa de abandono “no llega al 10%”.
Datos oficiales
En el primer trimestre de 2015 se registraron en España 30.293 denuncias y, en concreto, en Cantabria fueron 252.
Y hasta agosto de este año habían fallecido 23 mujeres en España. Una de las víctimas es el caso ocurrido en junio en Herrera de Camargo, donde un hombre mató a su pareja y dejó huérfanos a dos niños de diez y cinco años.

374 denuncias por violencia de género en Cantabria en el último año
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