sábado. 27.04.2024

Salvar la conversación entre personas de hablar solo al móvil

Parece que empezamos a salir del estado de shock en el que nos dejó el Covid, y que ha sido aprovechado especialmente por Gobiernos y multinacionales para implantar, sin consultar antes a los ciudadanos, nuevos modelos económicos, como resulta de todo lo relacionado con la era digital y ahora la Inteligencia Artificial. No hace falta que nadie nos lo diga, que no lo hacen, porque ya lo padecemos: son modelos excluyentes y que discriminan (mayores). Algo empieza a moverse para encauzar el control de las tecnologías. Incluso ya se dan referéndums dentro de Europa para el mejor uso del móvil. ¡Salvemos la conversación!

La tecnología digital está perfectamente introducida en la cultura en general, y el arte o la literatura tampoco son ajenos a la innovación, a la que ahora también se suma la Inteligencia Artificial, no sin muchos recelos, sobre lo que hace y crea directamente la mente humana o, por contra, un programa informático o robot. Ni es lo mismo, ni lo será nunca, que un cuadro lo dibuje una máquina o que un libro lo escriba de manera automática un ordenador. 

Coincidiendo con la elección de mi tema semanal a escribir, leo una entrevista al gran pintor español, Luis Gordillo. El periodista le pregunta acerca de que la Inteligencia Artificial está ya en el arte. Él contesta que no le interesa mucho, pero si recala en que lo que le fascina el móvil, porque “el mundo entero cabe dentro de un móvil”. Incide en que le da escalofríos, le genera una inquietud enorme, “porque es como si nos estuviésemos acercando a lo absoluto, pero resulta que lo absoluto cabe en el bolsillo de un pantalón”. Ya ven, no hace falta acudir a las tecnologías para pensar y responder de manera tan brillante, pero el problema está ahí, me refiero a una sociedad cada vez más dependiente de lo tecnológico, introducido en casi todo. Parece que el daño principal lo recibe la conversación. Que ya no hablamos entre personas, porque nuestra atención está puesta absolutamente en mirar y escuchar al teléfono móvil. Vamos, que vas hablando solo por la calle, algo que antaño era interpretado como no estar del todo bien de la cabeza, y hoy es lo habitual.

Esto último que digo, lo de que las personas no conversemos entre nosotros, ha empezado a preocupar en Francia, país vecino, y uno de los miembros fundadores de lo que es hoy la amenazada Unión Europea. Pues resulta que, en uno de sus muchos pueblos, Seine-Port, cercano a París, los 2000 habitantes han practicado recientemente el referéndum (ya podría aprender España, ¡pero ya!), y han votado acerca de dónde y dónde no se puede usar el móvil. Le cuento esta noticia a joven mi hijo, y que acierte si han ganado los partidarios de restringirlo frente a los que no, y se decanta de inmediato por los segundos. Aunque, para su sorpresa, le saco de dudas: ha ganado el 54 frente al 46% para que el móvil no se use en lugares públicos, como puede ser un bar o un autobús. Por mi parte, renuevo esperanzas en que la sensatez no se deje avasallar por todo lo artificial y mediocre que vivimos hoy.  Mal empleada como ocurre, la tecnología es también corresponsable de la propagación de tanta noticia fake, manipulaciones, mentiras, falsedades y echarle la culpa al empedrado en casos de ejercer políticas arbitrarias, mala praxis empresarial o directamente corrupción en la apropiación de caudales públicos.

Mal empleada, la tecnología es corresponsable de la propagación de mentiras, y echarle la culpa al empedrado en casos de corrupción

Francia es mucha Francia, en Europa y en el mundo. Todo lo que impulsa no puede obviarse, porque es seguro que va a tener repercusiones en el sentido de que otras sociedades imiten los pasos dados en el país galo. Su Gobierno es además muy sensible a lo que nos perdemos con el monopolio del móvil en detrimento de enseñar en las escuelas a la antigua usanza (libros), y mentalizar a las familias que los hijos no debieran tener un teléfono móvil hasta los 15 años

En España se da el caso absolutamente chocante de que el Gobierno quiere entrar en esta materia, no al móvil en las aulas, y resulta que las asociaciones de padres no están por la labor. Como también responde el pintor Luis Gordillo en la entrevista que le hacen, “lo peor es cómo se debilita la memoria y el saber, porque todo está a un golpecito del dedo índice sobre la pantalla. No hay que recordar, no hay que aprender, todo está dispuesto para olvidarlo al instante. La gente sustituye la memoria por el teléfono móvil. Es una trampa letal”.

En diferentes artículos que he entregado en redacción, estúpidamente me he tenido que justificar sobre que no soy contrario a las tecnologías. Que a lo que sí soy contrario es a que nos mientan y manipulen. También soy contrario a que la banca, con la excusa digital, deje tirados a los mayores en el uso lícito de acceder a su dinero de la forma en que más les apetezca. Tampoco me gusta el mal trato que dan a sus clientes las grandes multinacionales de la energía, operadoras de teléfono o televisión y, por supuesto, aseguradoras, con las que tienes contratado algo, pero resulta milagroso ponerte en contacto con ellos y te coja el teléfono una persona. Esta es otra cuestión que me inquieta. Si las máquinas lo hacen todo, ¿quién va a tener trabajo en el futuro?

Circunstancia chocante de Gobiernos que se sumergen de lleno en la IA, mientras crece la movilización de recuperar el control sobre la tecnología

No termino de entender cómo el Gobierno de España, sin más, se sube a este carro de la Inteligencia Artificial, al tiempo que los medios nacionales dan la noticia de que esta tecnología destruirá 400.000 puestos de trabajo en los próximos años. El dato malo no se queda aquí. La nueva revolución económica en puertas, con su modelo de automatización, va a afectar al 18% del mundo laboral

Y se da esta nueva circunstancia, chocante, muy chocante, de que nuestros Gobiernos europeos se sumergen de lleno en la IA, mientras crece la movilización ciudadana, como es el caso del Movimiento OFF, que se acaba de presentar en España, y que busca recuperar el control humano sobre la tecnología. Voy a terminar con lo que ha llevado a los ciudadanos de Seine-Port a su referéndum sobre el uso del móvil: de pie o sentados, conversar entre nosotros, es algo que se extingue. Preferimos al teléfono inteligente, la trampa letal que describe el pintor Luis Gordillo.

Salvar la conversación entre personas de hablar solo al móvil
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