No acaban de “marcar el paso” o el ritmo, los laboratorios en la entrega de vacunas, las cuales se han iniciado con lentitud, y con apariencia de que el calendario de entregas comenzaba a sufrir algo parecido al “gripado” de un motor.
Basta una lectura fugaz del numeral 1.11.4 en relación con el Art. I.7.1 (Pag.15), del Contrato suscrito, para concluir que dependeremos de la buena gestión de los laboratorios.
Por unas razones u otras hemos leído en distintos medios de comunicación que las entregas de una de las vacunas desarrollada por uno de los laboratorios se reduciría en un periodo futuro.
Días más tarde, era un segundo laboratorio el que salía con noticia similar, algo que no debería sorprender a nadie, pues el retraso se encuentra contemplado contractualmente.
Hubo una época en que la UE puso el ojo sobre el Sector Farmacéutico, en la cual se sancionaban extralimitaciones económicas de los mismos
Hemos recurrido a intentar examinar el ACUERDO ANTICIPADO DE COMPRA, documento oficial traducido al español complejo y de unas 80 páginas, suscrito entre la UE y el representante legal de la firma alemana o contratista como contraparte, y publicado por El Confidencial, observando al principio de dicho documento, en una especie de EXPOSICIÓN DE MOTIVOS, que en el fondo no son más qué declaraciones elogiosas sobre intenciones de la UE.
Se contemplan la obligación contractual y opcional en una primera instancia de adquisiciones por parte de la UE de 405 millones de dosis (Pag.4).
No se publican las características económicas del Contrato y en cuanto a plazos... lo dicho.
El resto de términos, abunda en mi opinión, en continuas salvaguardas para el laboratorio. Así tiene que ser.
Podría decirse, sin ánimo peyorativo, que se trata de un contrato basado en la disponibilidad de un “dominio” extraído de la ciencia.
Hubo una época (2007-2019), y escribimos sobre ello, la Unión Europea pone el ojo sobre el Sector Farmacéutico – www.modificadosobraspublicas.com, en la cual se sancionaban extralimitaciones económicas de los mismos, con sanciones que llegaban a los mil millones de euros.
No es este el caso, donde a la vida se le puede fijar cualquier precio, pero sí, que su carácter beneficioso en general, se nos ha vuelto perjudicial, o dicho en román paladino: Las cañas se nos han vuelto lanzas.
No ha dado para más, la lectura de un documento aburrido y con sólo un par de “fogonazos” de interés para nuestros lectores, pero pueden estar tranquilos, que más o menos hemos quedado a nivel de parlamentarios europeos que osaron solicitar el examen del documento, rodeados de múltiples medidas de seguridad y desconfianza.