viernes. 26.04.2024

Los pueblos que aún mantienen y conservan su lengua. El ejemplo de las Escuelas Diwan

La relación entre la diversidad cultural y la biológica es el camino para que la humanidad viva en armonía con la Naturaleza. Comprometámonos por lo tanto en revitalizar y fortalecer las lenguas indígenas y originarias (entre las que se encuentra el cántabru) como uno de los colores más brillantes del mosaico que es la vida.

Los pueblos que aún mantienen y conservan su lengua son reservas de biodiversidad que hay que cuidar y preservar, y aunque el pueblo de Cantabria, junto a otros muchos miles de pueblos indígenas que aún habitan la Tierra, constituye una parte relativamente pequeña de la población mundial; este y otros muchos pueblos representan la mayor diversidad cultural y lingüística del planeta: pues sus territorios aún contienen la reserva más grande de biodiversidad planetaria.

A día de hoy no existe mayor esperanza para la biodiversidad del planeta que el fortalecimiento de los pueblos originarios y sus culturas

A día de hoy no existe mayor esperanza para la biodiversidad del planeta que el fortalecimiento de los pueblos originarios y sus culturas. De esto saben y conocen bien los representantes de la Convención sobre la Diversidad Biológica de la ONU, quienes son sabedores de que durante milenios los pueblos originarios han sido los guardianes de la biodiversidad, e incluso la han propiciado con sus prácticas tradicionales.

La seria y preocupante amenaza que se cierne sobre las diversas comunidades humanas y los ecosistemas, cuando una lengua desaparece es enorme, pues no es solo “la pérdida de una lengua”, también lo es la desaparición de una tradición y el de una manera de entender la relación que estos pueblos tienen con su entorno, por ser ellos conocedores y sabedores de los secretos milenarios que alberga la tierra en sus muchos millones de años de existencia y evolución.

La relación entre la diversidad cultural y la biológica es el camino para que la humanidad viva en armonía con la Naturaleza. Comprometámonos por lo tanto en revitalizar y fortalecer las lenguas indígenas y originarias (entre las que se encuentra el cántabru) como uno de los colores más brillantes del mosaico que es la vida.

La educación o la enseñanza privada es aquella educación que, a diferencia de la educación pública (dirigida por instituciones públicas) se produce en una institución educativa dirigida mediante la iniciativa privada (como una escuela privada, un colegio privado o una universidad privada), o bien mediante la dirección de un preceptor o institutriz particular costeado por la propia familia o comunidad.

Estos colegios son habitualmente de pago, pero en algunos sistemas educativos la educación privada también puede ser, en algunos casos, total o parcialmente subvencionada con fondos públicos; como ocurre en la llamada escuela concertada. En otros casos incluye la posibilidad de acceso a cierto número estudiantes con recursos económicos insuficientes mediante algún sistema de becas.

Entre las instituciones privadas vinculadas a la educación destacan los colegios religiosos, aunque también hay numerosas instituciones educativas laicas, como las vinculadas a la llamada educación progresista.

Este tipo de iniciativas son las que, por ejemplo, han podido salvar y preservar la lengua nacional en infinidad de lugares en todo el mundo, debido, fundamentalmente, a la falta de interés por parte de un Estado, que no ha querido, o bien ha puesto muchas trabas para que la lengua y la cultura de un determinado territorio y/o lugar no se viera favorecido.

Este es el caso, por ejemplo, de las Escuelas Diwan (“semilla” en bretón), que son una federación de escuelas intermedias bretonas nacidas en 1977 con la clara intención de poder sobrevivir al lingüicidio (o glotofagia) institucionalizado e instruido por parte del Estado francés, contra aquellas lenguas que no fueran la oficial y solo en francés. La glotofagia es un término que sirve para designar el genocidio lingüístico (o proceso político-social) mediante el cual la lengua de una determinada cultura desaparece parcial o totalmente, víctima de la influencia (en mayor parte directa y coercitiva) de otra cultura o lengua que en ese momento desea ejercer su preponderancia sobre otra a la que se desea anular o sustituir.

La glotofagia es un término que sirve para designar el genocidio lingüístico

Y es que durante años los sucesivos gobiernos franceses han trabajado decididamente al imponer por la fuerza, si fuera necesario, el uso de la lengua francesa en todo el país; quizás porque hasta hace un siglo tan solo la mitad de los ciudadanos franceses hablaban el francés como lengua materna. De hecho, las políticas gubernamentales educativas en los siglos XIX y XX hacen obligatoria la educación exclusiva en idioma francés, y entonces en aquellas épocas, y al mismo tiempo, es cuando se prohibió con saña el uso del bretón en la enseñanza y en todos los medios de comunicación para acercar así a los no francófonos a la adopción de la lengua francesa.

Por aquellas épocas (igual que ahora) en Bretaña se hablan tres lenguas: a) El bretón, una lengua celta hablada por la mayoría de la población. b) El francés, que a comienzos del siglo XIX era minoritario en Bretaña. c) Y el galó, una lengua romance, o variedad de la lengua de oïl (de la que también deriva el francés, hablada hoy en la mitad Este de Bretaña), y con cada vez con menos hablantes (bajo la influencia y la presión directa del francés esta lengua poco a poco se ha ido afrancesado), cuando en los comienzos del siglo XIX era la lengua mayoritaria de este territorio bretón.

Habría de esperar a que llegara la década de 1970 para que las escuelas de bretón fueran abiertas, y las autoridades locales comienzan a promover la lengua, que por aquel entonces estaba ya al borde de la extinción debido a que la mayoría de los padres habían dejado de enseñar bretón a sus hijos. La segunda resurección del bretón llegará en 2010 (concretamente a partir de Junio de 2010 cuando tuvo lugar en la ciudad de Locarn un coloquio internacional sobre el futuro de la política lingüística en Bretaña, incluyendo el análisis de la importancia de expandir el idioma bretón en este contexto) de la mano del Instituto Locarn, quien ha sido desde finales del pasado siglo (1991), uno de los engranajes más poderosos con los que ha contado el bretón para su posterior expansión y afianzamiento en la sociedad. Un viejo dicho bretón nos recuerda: “Hep brezhoneg Breizh ebet”: Sin lengua bretona no hay Bretaña.

En la actualidad, las autoridades francesas están más dispuestas a tolerar la diversidad regional y las lenguas locales (unas 180 escuelas públicas de todo el país enseñan a más de 14.000 alumnos bretones, vascos, catalanes, occitanos y alsacianos), como consecuencia de las arduas luchas regionales de sus defensores por querer que esas sobrevivan. Y aunque el número de hablantes se ha ido reduciendo progresivamente, no por ello éstas dejan de despertar pasiones entre sus favorecedores. Y así, y tras la aprobación el 8 de Abril de la ley Molac (impulsada por el diputado bretón Paul Molac) la Asamblea nacional de París vivió un día histórico en lo que respecta a la protección legislativa de las lenguas territoriales de Francia cuando la Cámara Baja francesa aprobaba con 247 votos a favor y 76 votos en contra una nueva ley relativa a la protección y a la promoción de las lenguas territoriales de Francia.

Las autoridades francesas están más dispuestas a tolerar la diversidad regional y las lenguas locales

La aprobación (celebrada con entusiasmo por los defensores de la diversidad lingüística francesa) se hizo en términos idénticos al texto aprobado por el Senado el 10 de Diciembre del 2020 en primera lectura, por lo que la ley quedaba definitivamente aprobada sin necesidad de enviar una nueva versión al Senado para una segunda lectura. Sin embargo, el recurso interpuesto por 61 diputados el 22 de Abril del 2021 ha levantado incertidumbres sobre su futuro. Es decir, que tres semanas después de su aprobación, la ley Molac sigue sembrando discordia entre los diputados del partido gobernante, La República En Marcha (LREM), quien desea que esta ley no salga adelante.


Dicha aprobación refleja las complejidades que aparecen dentro del panorama político francés con respecto a la diversidad lingüística del país. Aprobada tras un procedimiento muy inusual, la ley introduce avances muy importantes, sobre todo en materia de educación. El pleno desarrollo de la ley queda, de hecho, sujeto a la aprobación de normas reglamentarias destinados a permitir su aplicación, así como al pronunciamiento que tendrá que realizar el Consejo constitucional francés sobre su constitucionalidad.

El concepto Diwan permite a las niñas y a los niños aprender francés y bretón a través de la inmersión lingüística. Un proceso que se inspiró en el movimiento Gaelscoileanna en Irlanda, la iniciativa Ikastolak en el País Vasco, el movimiento Mudiad Ysgolion Meithrin en Gales, la corriente Calandreta en Occitania, o el movimiento La Bressola en el Norte de Cataluña. Sin embargo, como Diwan educa hasta los dieciocho años, sus escuelas se parecen más bien a las escuelas de la educación media galesa en el País de Gales, que a otras del entorno común francés.

Y así, y según podemos ver en sus métodos de enseñanza (que continuamente han ido adaptándose, reprogramándose, y finalmente, cambinándose según las circunstancias y el momento), de los dos a los seis años el bretón es el único idioma de la instrucción. A la edad de los siete años y medio el francés se va introduciendo progresivamente durante dos de las veintiséis horas escolares. Cuando los estudiantes tienen ya diez años, el francés (seis horas de veintitrés) pasa a enseñarse al mismo nivel que el bretón. Y esto se seguirá haciendo así hasta que se llegue a la escuela secundaria, donde además se les enseñará a los alumnos y alumnas el inglés; al tiempo que también una opción de español o de alemán.

La Historia nos recuerda que la primera escuela Diwan fue creada por un puñado de madres y padres comprometidos con su cultura y con su lengua en 1977, concretamente en Lambaol-Gwitalmeze (en francés: Lampaul-Ploudalmézeau), en el cantón de Ploudalmézeau, cerca de Brest; ya que las escuelas públicas francesas centralizadas no estaban dispuestas a ofrecer el idioma bretón en el plan de estudios. A la primera guardería le siguió la primera escuela primaria en 1980, luego el primer colegio en 1988, y finalmente, el primer liceo en 1994.

Después de una disminución desde más de un millón de hablantes en 1950 a unos 200.000 en la primera década del siglo XXI, el bretón se clasifica en la actualidad como “lengua en peligro grave” por el Atlas interactivo UNESCO de las lenguas en peligro en el mundo.

La realidad a día de hoy nos indica claramente que cada vez más personas adultas apuestan por aprender la lengua bretona a fin de poderse conectar más y mejor con sus raíces y con su identidad. Para otras personas, por ejemplo, aprender bretón es una manera más de mejorar sus perspectivas de empleo (si no se puede hablar bretón es difícil encontrar un trabajo como profesora de Historia o de Geografía); una señal más esta de que la balanza poco a poco se ha ido inclinando de manera progresiva hacia la lengua del país.

En el año 2022, las Escuelas Diwan celebrarán su 45 aniversario

En el año 2022, las Escuelas Diwan celebrarán su 45 aniversario, y gracias a su existencia y permanencia a lo largo de todo este tiempo, hoy más de 100.000 personas en Bretaña (y fuera de Bretaña) han podido volver a hablar bretón. En 2019-2020, 4.307 alumnos y alumnas asistieron a las Escuelas Diwan en Bretaña, y en todos los niveles, desde preescolar hasta bachillerato. A día de hoy la red Diwan (junto con sus sucursales e instituciones varias) incluye 48 escuelas, 6 universidades y 2 escuelas secundarias. Este es su enlace oficial: https://www.diwan.bzh/ [1]

Esperamos y deseamos que el ejemplo de las Escuelas Diwan en Bretaña sirvan y sean una inspiración y una sugerencia provechosa para todas aquellas personas que desean hacer del cántabru otra vez una lengua viva y perdurable para nuestra sociedad.

Los pueblos que aún mantienen y conservan su lengua. El ejemplo de las Escuelas Diwan
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