viernes. 26.04.2024

La bofetada que nos dolió un poco a todos

Una bofetada es más humillante que dolorosa porque el mensaje suele ser un reproche moral por una conducta supuestamente indecorosa y ofensiva y en el bofetón va "envuelto" el argumento.

Aún recuerdo esa sensación inequívoca, que precede a la tragedia. La boca seca, las notas en las manos sudorosas con un "pleno al quince" de suspensos. En esos casos lo que te pide el cuerpo es un severo castigo de tus padres, canjeable según el tamaño del descalabro escolar, por una pequeña bofetada. Pero se impuso la pedagogía moderna, ya en boga y lejos de recibir un castigo al uso me aplicaron un discurso sobre cómo les había decepcionado a ellos que habían depositado tanta fe en mí.

Toda una bofetada anímica, pues de la otra forma me habría sentido expiado de mis culpas y habría vuelto a lo mío.

Estoy seguro que todos coincidimos en que no hay dos bofetadas iguales:

Will nos cruzó la cara a todos en tiempo real

No se había hablado tanto ni vertido tantos tinteros sobre una bofetada y sus consecuencias desde que un despechado Glenn Ford subió al escenario y cruzó la cara de forma humillante a ‘Gilda’, a Rita Hayworth, icono erótico de aquel Hollywood dorado. Nunca sabremos la repercusión que aquella bofetada habría tenido de haberse producido en una ceremonia pública y no en el celuloide.

Tuvieron que pasar más de 70 años para que otra bofetada, esta en el mundo real, tanto como la Ceremonia de los Óscar de este año, en público creara un revuelo a la altura.

Fue cuando Will Smith subió cual sputnik al escenario tras una broma del presentador (Chris Rock) que aludía a la alopecia de su esposa, sin mala intención.

Una vez arriba, se dirigió al presentador y asestó sin mediar palabra, una contundente y agresiva bofetada con una mano que debe ser dos veces la mía, en la mejilla de un atónito Chris Rock, en una ceremonia que vieron millones de personas en directo, abriendo así un debate en la sociedad, que aún colea.

Will nos cruzó la cara a todos en tiempo real. Dio una bofetada a un presentador, supuestamente para lavar la ofensa a una dama que no había pedido mediación alguna en su nombre.

Porque no fue un bofetón como el de un padre indignado, ni el de un Glenn Ford despechado, ni tampoco el bofetón de Fofó a Miliki. Fue un bofetón para desagraviar "teóricamente" a su esposa Jade Pinkett, quien a buen seguro tenía otras armas que no la violencia con las que responder a la supuesta mofa.

No sabemos cuál de las dos bofetadas de vuelta que le llegaron a Will Smith le dolió más: Si la de su mujer, o la del juicio paralelo de la sociedad

Una bofetada a diferencia de una agresión, y más en público, suele ir con "recado". Una bofetada es más humillante que dolorosa porque el mensaje suele ser un reproche moral por una conducta supuestamente indecorosa y ofensiva y en el bofetón va "envuelto" el argumento. Cuando das un puñetazo a alguien, no hay recado ni mensaje entre líneas.  

La realmente ofendida aquella noche, la mujer de Will Smith y objeto de la broma, dejó claro días después que ella se sabía defender sola. Vaya, que no necesitaba un gorila que fuera lavando su honor en las ceremonias.

¡¡¡Toma!! Eso sí fue una gran bofetada metafórica a su marido, también en público.

Le está diciendo que ella como mujer es más que capaz de manejar la supuesta broma de mal gusto. Le está diciendo al mundo, que las mujeres, aún con terreno por conquistar, son más que autosuficientes sin un macho alfa a su lado, desfaciendo entuertos ajenos.

No sabemos cuál de las dos bofetadas de vuelta que le llegaron a Will Smith le dolió más: Si la de su mujer, o la del juicio paralelo de la sociedad.

Para algunos, a partir de ahora y por injusto que suene, siempre habrá dos Will Smith: El machito que se dejó llevar por la ira y por un falso sentido de la justicia ajena, y el de antes, ese tipo tan simpático de sonrisa generosa, que podía ser el vecino de al lado.

Yo en la duda, me quedo con las bofetadas que le daba nuestro querido Fofó a Miliki.

¡¡¡Esas sí que sonaban y mucho!!!

Pero no dolían ni ofendían...

La bofetada que nos dolió un poco a todos
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