Son muchas las personas que últimamente se han calzado las zapatillas y encajado las calas en los pedales de sus bicis para lanzarse a la carretera. Algunos lo hacen para entrenar, otros por afición, pero los ciclistas cada vez se ponen objetivos más ambiciosos, a las largas rutas en llano les siguen los puertos de montaña, un ascenso que obliga a los deportistas a emplearse a fondo. Un esfuerzo que muchas veces se ve compensado con unas vistas de postal.
Puerto de Lunada
El puerto de Lunada es de los más duros de Cantabria y uno de los más complicados de España por su extenso recorrido. Sin duda un reto para los ciclistas más intrépidos. Tanto es así que está catalogado por La Vuelta a España como de categoría especial. Partiendo desde La Concha hay 14 kilómetros por recorrer y a lo largo de sus sinuosas curvas los deportistas suben un desnivel del 8 o 10% hasta llegar a un mirador donde contemplar todas las herraduras que han ascendido en bici, un puerto muy abierto y que en primavera destaca el verdor de los prados y los árboles. El asfalto es algo rugoso, por lo que es necesario no perder la concentración en ningún tramo.
Puerto de Estacas de Trueba
El puerto de Estacas de Trueba es otro de los más destacados de la comunidad y mejor valorados por los ciclistas. Fue asfaltado hace un año, por lo que es más fácil transitar por él. Es un puerto abierto que regala unas vistas espectaculares mientras se dan pedales. Es constante, sin rampas excesivas y desde el principio casi ves el final, donde espera un mirador desde el que se ve toda la subida.
Puerto del Escudo
El puerto del Escudo es el más duro de Cantabria por sus elevadas cuestas, donde el máximo llega al 15% de pendiente. Es un puerto en el que hay que regular bien las energías para llegar en buena forma a la cima. A lo largo del trayecto se pueden observar dos partes porque se aprecia un descansillo a la mitad. La dificultad del puerto hace que sea una aventura para los más osados.
Puerto de El Collado del Asón
El puerto de El Collado del Asón es un puerto medio abierto y medio cerrado, por partes, con una que es entre bosques, realmente bucólica, y que cuenta con una característica esencial que es que en el tramo final se ve la cascada del Asón, que atrae todas las miradas mientras vas subiendo esas rampas finales hasta llegar a un mirador que está justo en frente de la cascada.
El puerto de Palombera es un circuito cerrado (salvo los últimos kilómetros) que transita entre bosques y que al llegar a su cumbre se contempla la inmensidad del valle del Saja-Nansa. Además el pedaleo te lleva a pasar por algunos puentes por donde fluye el agua de las cascadas cercanas que lo hacen muy bonito para un puerto de Cantabria.
Todos estos puertos suponen un reto para los amantes del ciclismo, que muchas veces al subirse a sus bicicletas no solo se enfrentan a las fuertes pendientes del terreno cántabro, también luchan contra la lluvia, el viento y el frío, lo que hace más complicado y a la vez más satisfactorio coronar algunas de estas cumbres.
