Al ganadero le matan una vaca y se enfrenta a un CSI: demostrar quién se la mató, dónde estaba el animal, si pudo correr, si estaba en buena forma física o si pudo defenderse.
El lobo mata y mata lo que puede. Le gusta, porque está en su ADN: no tiene la culpa de ello, es como el escorpión que mató a la rana a mitad del riachuelo.