jueves. 25.04.2024

LESPRE: para comerte mejor /1

El lobo mata y mata lo que puede. Le gusta, porque está en su ADN: no tiene la culpa de ello, es como el escorpión que mató a la rana a mitad del riachuelo.

Cuando las decisiones que afectan al medio rural se toman a cientos de kilómetros, como ha ocurrido con la inclusión del lobo ibérico en el Listado de Especies de Protección Especial (LESPRE), “perjudican seriamente” a los territorios y a sus habitantes. La frase, o la paráfrasis, no es mía, sino del consejero del asunto ganadero de Cantabria, Guillermo Blanco. No diré que a Blanco se le ha puesto el panorama negro, pero sí gris tirando a marengo.

El lobo jamás va a entrar al bar del pueblo a tomar una copa con sus vecinos mientras les echa la garra por encima en son de paz

Mientras los jueces compren la mercancía proteccionista sin líneas de colores (las situaciones a menudo dependen de la tonalidad del cristal con el que se mire) y los políticos, esos tan lejanos a los que se refiere el titular del desarrollo rural, hagan leyes en la creencia de que el canis lupus es un lindo gatito al que se le puede dar de comer en la palma de la mano, la situación de los ganaderos no es que irá fatal, sino a peor.

Hay algo que sabemos: el lobo mata y mata lo que puede. Le gusta, porque está en su ADN: no tiene la culpa de ello, es como el escorpión que mató a la rana a mitad del riachuelo. Por eso la relación entre este depredador y el hombre siempre ha sido muy complicada. Por ello en los pueblos de alta montaña se cuentan historias que ponen los pelos de punta; unas ciertas, otras no.

El lobo jamás va a entrar al bar del pueblo a tomar una copa con sus vecinos mientras les echa la garra por encima en son de paz. Lo más normal es que degüelle corderos o rasgue la nuca de los terneros aprovechando el descanso nocturno de sus dueños o mientras el ganado pasta en las praderías de alta montaña. Tengo fotos en el móvil que hielan la sangre. Desconozco si algunas de ellas –los ganaderos las tienen por miles- han llegado al despacho del magistrado de turno o a los ojos del legislador mientras come melón con jamón. El lobo, tan ecologista, aún no ha asaltado los altos despachos, pero tiempo al tiempo…

LESPRE: para comerte mejor /1
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