viernes. 26.04.2024

Por una igualdad efectiva

Con motivo de la celebración del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, es obligado hacer un balance de la situación de las mujeres de Cantabria en el mercado de trabajo, donde persisten muchas brechas de género. Todas esas brechas de género laborales confluyen en una desigualdad salarial que ascendía en Cantabria a un 20% y casi 5.200 euros anuales brutos menos en las remuneraciones de las mujeres en comparación a la de los hombres.

UGT lleva desde hace años denunciando que esta brecha salarial de género es el inicio de posteriores desigualdades que sufrirán las mujeres en las distintas prestaciones y subsidios por desempleo y más tarde en sus pensiones.

El acoso sexual y el acoso por razón de sexo siguen siendo un fenómeno del que sólo vemos el pico del iceberg

No se puede olvidar que la igualdad es un tema de mujeres y hombres. Los decretos 901/2020 y 902/2020 sobre planes de igualdad e igualdad retributiva pueden ser un punto de inflexión para abordar esa igualdad real entre hombres y mujeres en la empresa. Con ellos se podrá saber cuál es la situación real de los trabajadores y trabajadoras en una empresa y en la Administración pública.

Por ahora, no hay que olvidar que el Gobierno español ha ido incrementando el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en los últimos años, respondiendo a las insistentes reivindicaciones de las organizaciones sindicales mayoritarias, lo que incide especialmente en los sueldos más bajos y en su gran mayoría de las mujeres.

Hay más avances para la igualdad de género como la aprobación del Real Decreto Ley 32/2021 de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral. Una de las medidas que recoge es la limitación de la temporalidad y el encadenamiento de los contratos temporales, la eliminación del contrato de obra o servicio, la limitación de la precariedad en el empleo público, la recuperación de la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa y la recuperación de la ultraactividad que supone la extensión del convenio a las contratas y subcontratas.

En este sentido, hay dos puntos importantes para UGT en lo relativo al salario de las trabajadoras y sus condiciones laborales. Por un lado, la prevalencia del convenio colectivo del sector respecto al de empresa. No hay que olvidar que con la reforma del año 2012 surgieron las empresas de multiservicios y ya se sabe lo que hicieron con los salarios y las jornadas laborales. Y claro está, estas empresas actuaban mayoritariamente en sectores feminizados.

Por otro, las disposiciones sobre las contratas y subcontratas. Con la nueva reforma laboral, ahora tienen la obligación de aplicar el convenio del sector de referencia de la empresa principal. Muchas empresas externalizaron servicios y actividades que se realizaban en estas empresas y estas a su vez aprovecharon para negociar convenio de empresas con salarios más bajos y jornadas más amplias. Ni que decir tiene, todos estos cambios van a tener un impacto sobre la calidad en el empleo y las condiciones laborales de los dos colectivo con mayor precariedad laboral, las mujeres y los jóvenes.

De todos modos, además de las brechas de género cuantificadas con diferentes estadísticas oficiales, el acoso sexual y el acoso por razón de sexo siguen siendo un fenómeno del que sólo vemos el pico del iceberg y que se da en todos los ámbitos, incluido el laboral. Las agresiones sexuales y otras formas de violencia contra las mujeres, en las que las víctimas son mayoritariamente mujeres, siguen siendo un hecho incuestionable y una lacra pendiente de erradicar.

No es ni mucho menos el único reto pendiente. La crisis de cuidados o la división sexista del trabajo siguen muy vigentes, atribuyendo a los hombres de forma prioritaria el trabajo asalariado y a las mujeres el cuidado de la familia no remunerado.

Para lograr una corresponsabilidad real y efectiva y poder eliminar los obstáculos de conciliación entre la vida familiar y laboral que recae mayoritaria, injusta y desigualmente sobre las mujeres, es necesario contar con unos servicios públicos de cuidados suficientes de calidad y asequibles.

Es necesario lograr un incremento sustancial del empleo de las mujeres y que sea un empleo de calidad, eliminando los elementos de precariedad e infravaloración que siempre caracterizan al empleo femenino.

Aún nos queda un largo camino por recorrer para conseguir la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, esperamos que con nuestro trabajo y esfuerzo cada día estemos más cerca de conseguirlo.

Por una igualdad efectiva
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