El poder y la gloria, Graham Greene

Míster Tench salió a buscar el otro cilindro afuera bajo el sol llameante de México y el polvo blanquecino. Unos cuantos zopilotes se asomaron desde el tejado con apática indiferencia; todavía no era él una carroña. Un vago sentimiento de rebeldía sacudió su corazón, se destrozó las uñas al arrancar un pedrisco de suelo, que arrojó a las aves. Una de ellas partió aleteando sobre la ciudad: sobre la plaza chiquitina; sobre el busto de un ex presidente, ex general, ex ser humano; sobre los dos tenderetes donde se vendía agua mineral; hacia el río y el mar. No encontraría nada, ya que los tiburones buscaban carroña por allí. Míster Tench siguió atravesando la plaza.

Graham Greene, El poder y la gloria (1940).

Esta novela está indudablemente entre las supremas de los siglos XX y XXI. Graham Greene parece tener fijación y estar preocupado por el tema del mal, motivo o argumento sobre los que encajan y pivotan todas sus narraciones. En esta obra persigue un reconocimiento inflexible y riguroso de los interrogantes del mal y del bien. Estamos ante la historia y realidad del cura José, oficialmente Míster Tench, un hombre torturado por su moralidad y conciencia que rivaliza la misión religiosa en su comunidad con la pesadumbre por su apreciación de ser un gran infractor, al haberse convertido también en el padre de una chica. En síntesis, la acción se desenvuelve en los años en que México perseguía el catolicismo, en tiempos de Venustiano Carranza (1974-1920) y desde la Constitución de 1917, y posteriormente por Plutarco Elías Calles (1924-1928), convirtiéndose el cura José en el protagonista fugitivo de la policía.

El título de la novela le viene aludiendo a la doxología, un modo de elogio que ensalza la divinidad

Greene, con esos mimbres, construye una deslumbrante novela acerca de la transgresión y el naufragio moral. Del mismo modo, los personajes secundarios están muy acabados y rematados. Tan perfectos que dejan de serlo y parecen principales: una chica excesivamente madura para sus trece años, y el teniente cruel perseguidor, con manía y compulsión, del sacerdote. También, los pobladores de los diferentes asentamientos por los que pasa este en su huida forman unos coros similares, en su forma y función, a los de los antiguos dramas griegos o romanos. Puede ser que esta novela sea la mejor de todas las del autor en donde mejor están planteados los debates interiores de sus protagonistas.

El título de la novela le viene aludiendo a la doxología, un modo de elogio que ensalza la divinidad, después del Padrenuestro que dice: “Tuyo es el reino, el poder y la gloria (…)”. Por otra parte, la novela también fue publicada con el nombre The Labyrinthine Ways, ‘Los caminos laberínticos’, que expresa quizás mejor su significado.

El hombre dual

Henry Graham Greene (1904) nace en Berkhamsted, una localidad de 20.000 habitantes con historia y belleza, en el condado inglés de Hertfordshire, falleciendo a los 86 años en Vevey, Suiza. Educado en el Balliol College de la Universidad de Oxford, fue periodista, autobiógrafo, espía –y noveló protagonizando a los que perdieron la guerra civil española, en ‘El espía’ (1948)-, escritor, dramaturgo, novelista, guionista, escribió libros para niños y fue crítico literario. Además de la novela en cuestión, también escribió ‘El tercer hombre’, llevada a la pantalla en 1949 por Carol Reed, y protagonizada por Orson Welles y Joseph Cotten. Otra obra notable es The Quiet American (2002), ‘El americano impasible’, también entronizada como película -en 1958, por Joseph Leo Mankiewicz, cuyos protagonistas son, entre otros, Michael Caine y Brendan Fraser.

Fue miembro de la británica y superior Real Sociedad de Literatura, y obtuvo premios como el Hawthornden, el James Tait Black, el Shakespeare, el Edgar Grand Master, el Dos Passos Prize y el Jerusalén. Asimismo, fue galardonado Comendador de las Artes y las Letras y con la Orden del Mérito del Reino Unido.

Seno familiar

Que la familia esté considerada como un elemento educativo de los más importantes en el dinamismo vital de la persona no deja de ser un axioma, una proposición tan evidente y clara que no necesita demostración alguna. Desde la primera infancia, el seno de la familia es en donde las primeras nociones se adquieren, se idean, fraguan y moldean la axiología, los valores, al tiempo que se establecen los asientos, los soportes, los principios y las normas para el desenvolvimiento personal, como efectivamente social. Un ejemplo para negacionistas puede valer el caso que nos ocupa.

Los padres de Green pertenecieron también a una tribu familiar educativa influyente y extensa: dueños de empresas, de negocios, varios banqueros… Hugh Greene, el hermano menor, director de la British Broadcasting Corporation, BBC; Raymond Green, el mayor, un doctor eminente, alpinista y subdirector del colegio de su pueblo; y su madre, prima de Robert Louis Stevenson, el destacado escritor escocés. Un caldo de cultivo de una educación poco común.

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