Cantabria en mis sueños
Escenario de sombra y luz, de cuestos y salud. Debes ver, pero también oír y escuchar. El viento del norte, el retinglar de los bolos, las cuerdas de un rabel, la gracia del cascabel.
Escenario de sombra y luz, de cuestos y salud. Debes ver, pero también oír y escuchar. El viento del norte, el retinglar de los bolos, las cuerdas de un rabel, la gracia del cascabel.
Será imposible jubilarse con amor: solo soportando una serie de putadas previas y a la baja.
La chica de portada era un reclamo, un bello reclamo. Nunca sabré quién usaba la excusa de esa chica para leer las crónicas o quién utilizaba éstas para radiografiar a aquélla.
Con el primer brinco de Año Nuevo ya le habían subido el gas, con el segundo la luz, con el tercero la telefonía, con el cuarto el peaje de las autopistas, y así un largo etcétera de agravios muy legales pero quizá inmorales.
Nadie me ha preguntado, pero si de invitar a mi mesa de Nochebuena se trata, lo tengo claro. Y este año más que el anterior: Oriol Junqueras, aunque de él me separe una galaxia en el pensamiento político (pero por eso mismo).
Sieso supo irse. Piñeiro supo irse. Diego no sabe irse (o no quiere). Si de verbos se trata es muy fácil: coge tus cosas y corre. Lo bueno está hecho y lo malo también.
Cuarenta años deslumbrantes han situado a la vieja piel de toro en el grupo de cabeza de la UE. Con problemas, hipos, miedos y resuellos. Pero quién no los tiene.
Cataluña era motor económico antes de que un grupo de inconscientes decidiera poner una barra de hierro en la tracción. El mismo grupo que ha optado por darse un tiro en el pie, o mejor, en cualquiera de las extremidades de todos los catalanes y por arrastre de los españoles.
El separatismo ha sabido sacar un provecho quizá indecente, pero evidente, a una de las máximas de Napoleón: nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error.
Acabe como acabe este conato de independencia cada trabajador catalán tendrá que volver a su puesto laboral cada lunes, pero seguro que en el marco de una economía mermada.
Si 155 árboles no te dejan ver el bosque mira detrás. Hay un país: se llama España y tiene (tendrá) 17 comunidades autónomas.
Veremos si ha meditado o, por el contrario, decide proclamar la independencia desde la furgoneta de la CUP. Él sabe que no hay futuro lejos de España y, por lo tanto, fuera de Europa.
El campo seguirá embarrado si no dejan al público decidir entre una liga independiente o la actual, la de siempre, que les ha dado buenos dividendos, pero resulta ya gravosa y poco bucólica.
Un pueblo que pretenda independizarse para mejorar no puede hacerlo desde la ilegalidad o la mentira. Un pueblo que sabe adónde va tiene que definir necesariamente cómo y de dónde partir.
El ciclismo ha emocionado tanto estos días en Cantabria como ha decepcionado la política (aquí y allá).
Hace no mucho Pedro y Pablo se embobaron tanto con argumentos de Picapiedra que dejaron vivo a Rajoy, a quien como si fuera Dino creyeron dejar al otro lado de la ventana de Moncloa.
Un tweet chungo y el Camp Nou se gira como si fuera la rueda del hámster. Otro tweet en el mismo sentido y el Bernabéu (segundo apellido por cierto de Piqué) pierde sus cimientos.
Las personas, los ciudadanos, siempre van por delante de los políticos. Por eso, éstos debieran mirarse más en el espejo de ellos y menos en el de sus intereses.
Sinceramente: yo, antes de ver el playback de Iglesias, me quedaría con 'Payback', de Mel Gibson. Creedme: mejor 'Mad Max' que 'Mad Menox'.
Tras un doble archivo por parte de los juzgados los delfines de Diego presentan otro recurso, mientras Génova, por boca de Maíllo, avala otra vez a Buruaga. Dicen -los críticos- que quieren el bien del PP. Si persiguieran el mal no podrían hacerlo mejor.
Mariano aprovecha la dicotomía que enferma a la izquierda y el temor de Ciudadanos a que le tizne esa misma izquierda.
Si usted es político, aunque sea megalítico, ponga en su vida una moción de censura. Da igual si la presenta o la sufre: tiene el éxito asegurado, al menos de los suyos.
Los beneficiarios de la amnistía fiscal ilegal no tendrán que devolver nada ni mucho menos pagar nada más. Lo dice la sentencia del alto tribunal, que identifica el pecado, pero renuncia a abrir el purgatorio para los defraudadores.
El PP cántabro, dividido, es ahora como un queso picón partido en dos. Huele fuerte. Y lo hace porque quienes perdieron por cuatro votos han decidido no aceptar la derrota.
La música celestial de la corneta de González, tan bien interpretada por Susana Díaz en primera instancia, no sigue ya partitura.
Los tentáculos de algunos políticos pegaron sus ventosas con tanto moco a la pasta que provenía de los ciudadanos que fue imposible librarla de la viscosidad de la corrupción.
El fin justificará los medios: todo y sobre todo por esa patria del norte tan necesitada de un último esfuerzo.
Supongo que quienes pusieron una autopista a Mariano para que no circulara Pedro tendrían esto previsto.
Todo el amor que le declararon se ha convertido en un montón de papeles en los que deberá aflojar su vida.