Elecciones gallegas: el BNG y la importancia de una izquierda apegada al territorio
Lo que fue llamado “el ciclo del cambio” lleva ya años muerto. Pero si alguien tenía alguna duda, las elecciones gallegas han sellado para siempre su tumba
Lo que fue llamado “el ciclo del cambio” lleva ya años muerto. Pero si alguien tenía alguna duda, las elecciones gallegas han sellado para siempre su tumba
Decía antes que uno de los ejes centrales del primer Podemos era la apuesta por la plurinacionalidad y el derecho a decidir de las naciones que así lo quisieran. Otro de los ejes centrales y de los cambios sustanciales con respecto a la izquierda española pre 15M fue la decidida voluntad de poder.
Para mí hay tres grandes condiciones sin las que este fenómeno no podía estar produciéndose: la normalización y socialización de sus ideas, la creciente precariedad e inestabilidad vital fruto de décadas de neoliberalismo y la cada vez mayor desafección política en nuestras sociedades.
La de hoy ha sido una victoria pírrica que ha difuminado un horizonte ya de por sí muy precario, si es que no lo ha roto del todo
Ayuso llevó a cabo una campaña en la que dibujó a los madrileños como héroes de la lucha por la libertad frente a la opresión del Gobierno socialcomunista. Como un sujeto activo protagonista de un hito histórico.
En España tenemos un grave problema con la ultraderecha. Y no es algo nuevo. Las agresiones y asesinatos fascistas se llevan produciendo desde la Transición.
Si la polarización política que actualmente se vive en España continúa o se acrecenta de aquí a 2023, podría volver a darse la situación de un PRC liderado por Revilla capaz de concentrar mucho voto de izquierda.
Uno de los fenómenos de respuesta a la pandemia y a las medidas de restricción de libertades individuales que se produjeron con el objetivo de combatirla, fue el surgimiento de grupos negacionistas y conspiracionistas que, en buena parte, articularon su discurso alrededor del concepto “libertad”. Por lo tanto, me parece interesante que nos detengamos a pensar sobre los diferentes significados de los que puede llenarse este concepto.
Sánchez pasaba el balón a Ciudadanos mientras quería seguir mirando hacia la izquierda. Utilizando para ello a la portavoz parlamentaria Adriana Lastra, una buena oradora capaz de conectar con la base más de izquierda del PSOE, mientras el Gobierno cambiaba de facto el bloque progresista y plurinacional de la investidura por Ciudadanos.
Él siempre ha sabido moverse en las coordenadas en las que en cada contexto se situaba el sentido común social mayoritario.
Mientras tanto, la Unión Europea y el Gobierno español guardan silencio en una actitud de vergonzosa complicidad.
Mientras una bandera sirve para construir una identidad colectiva basada en la expansión de derechos, otra es utilizada siempre como ariete contra el anhelo de libertad de otros pueblos y como muro de contención frente a las nuevas demandas sociales que quieren traducirse en nuevos derechos.
El poso cultural está ahí y el instrumento para su articulación política también.