viernes. 26.04.2024

El teletrabajo y la desprotección del trabajador

Se calcula que cerca de 5 millones de españoles, el 23% de la población ocupada, pueden teletrabajar, aunque en realidad solo el 5% de la población activa de España afirma trabajar habitualmente desde su hogar.

Que el mundo laboral está cambiando es ya una realidad, y a ello ha contribuido, de una forma clara la situación que vivimos actualmente. La pandemia ha hecho que nos tengamos que reinventar todos, o usar mejor los recursos que tenemos, pero ello no está exento de grandes retos y riesgos.

Se calcula que cerca de 5 millones de españoles, el 23% de la población ocupada, pueden teletrabajar, aunque en realidad solo el 5% de la población activa de España afirma trabajar habitualmente desde su hogar. Es cierto que el teletrabajo ya estaba aquí, pero para sectores muy concretos, no obstante con la situación excepcional que vivimos hemos tenido que "hacer de la necesidad virtud". Esta nueva forma de trabajar nos afecta cada vez más, es verdad que no es lo mismo quien trabaja de albañil, fontanero, soldador, bombero... que difícilmente puede realizar sus tareas desde el ordenador de su casa, aunque incluso ya hay programas que les ayudarán a preparar mejor su trabajo presencial, que en el mundo de la enseñanza, finanzas, medios de comunicación...

No hace mucho estábamos pidiendo poder trabajar en nuestras viviendas, eso era todo un logro social, para poder conciliar mejor la vida laboral y personal. En realidad es necesario hacerlo de una forma reglada, justa, sin abusos que pueden distorsionar el propio trabajo, con jornadas laborales interminables, o sin desconexión, vamos lo contrario de lo que se pretendía.

No hace mucho estábamos pidiendo poder trabajar en nuestras viviendas, eso era todo un logro social, para poder conciliar mejor la vida laboral y personal.

Es indudable que toda novedad es un reto con ventajas que se deben aprovechar e inconvenientes que están ahí, y deben ser regulados y corregidos mediante normas que no permitan abusos,  situaciones no deseadas e injustas. El teletrabajo se ha instalado ya en muchos hogares, ha llegado para quedarse, pero su finalidad debe ser ayudarnos a ser más productivos, aunque no a costa de una pérdida de derechos o incluso pérdida de recursos, donde el trabajador pone los medios, recursos, el trabajo, su tiempo y la empresa simplemente recoge los beneficios de esta nueva situación.

Nuestros legisladores han demostrado ser muy perezosos, cuando se habla de legisladores podemos sumar a toda la clase política, siempre con honrosas excepciones, que no hacen más que confirmar que toda regla tiene las mismas. Quizás porque están más preocupados del partido, de la situación personal, de... que para lo que han sido elegidos, el interés general... Ya se decía hace mucho tiempo que lo que es de todos, tiene muy malos cuidadores, pues casi nadie considera que en parte es también suyo, y las responsabilidades se deslizan y diluyen de tal forma que puede haber un abandono.

Si miramos simplemente la situación en este año que nos ha traído tantos problemas, vemos que nuestros legisladores, no han tenido tiempo para aprobar normas que nos garanticen una mayor seguridad y cuidado de nuestra salud, cuando se producen situaciones de grave riesgo para la población, como es la pandemia que sufrimos, y seguimos a golpe de improvisación, con regulaciones que no son homologables o no responden a las necesidades que vivimos. Mientras en Francia en poco más de mes y medio aprobaban una ley que regulaba la situación ante este tipo de situaciones. España optó por decretar el estado de alarma como fórmula a la situación de emergencia, en lugar de adaptar nuestra legislación ordinaria. En otros países parece que les va mejor, así  Portugal con su ley sobre las calamidades, Polonia  ley sobre el estado de epidemia, Alemania ley de protección de infecciones, Hungría ley sobre el control del coronavirus... España tiene la Ley Orgánica de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública de 1986 que el legislador podía haber desarrollado, mejorado y adaptado a la situación actual, pero... entre la pereza de unos, la desidia de otros y un enfrentamiento endémico...

En nuestra legislación laboral también tenemos problemas, con la regulación de las nuevas modalidades de teletrabajo, o mejor dicho la falta de ellas, hay grandes vacíos legales que merecen la atención del legislador, y de la coordinación con los agentes sociales. Desde luego, sin una legislación adecuada quien pierde, con seguridad, es el trabajador; que acaba pagando de su bolsillo, desde la luz, pasando por su conexión a internet, hasta los equipos con los que trabaja, por no hablar de las horas extraordinarias...

Es cierto que se está trabajando, según nos dicen, con urgencia en una ley que regule el teletrabajo, vamos como si no hubieran tenido tiempo antes, pero habrá que aplicar aquello que más vale tarde, que.... Los empresarios se han puesto duros, logrando que para que nos afecte la norma tiene que realizarse al menos un 30% del trabajo desde el domicilio, ya no basta con el 20% que se proponía inicialmente, parece que tanto a sindicatos como gobierno les han convencido.

Sin una legislación adecuada quien pierde, con seguridad, es el trabajado

Desde el mundo sindical la regulación del teletrabajo se lleva pidiendo desde hace mucho tiempo, para los empresarios era como, "quién habla en el desierto", ya se sabe que para el liberalismo, la mejor norma es la del mercado, vamos lo que no existe. Por otra parte parece que la Administración ahora se lo ha tomado en serio, la ministra de trabajo Yolanda Diez, sin duda uno de las mejores valoradas del Gobierno, está poniendo negro sobre blanco lo acordado en las reuniones con los agentes sociales y las propuestas gubernamentales, se espera que en este mismo mes de septiembre el texto de la nueva norma pueda pasar el Consejo de Ministros  por lo que la ley se tramitaría mediante real decreto, recurso muy criticado, pero que todos los gobiernos acaban usando y abusando del mismo.

Por si fuera poco las Administraciones Públicas siguen sin adaptarse a la nueva realidad, siendo de aplicación el artículo 13 del Estatuto de los trabajadores, que apenas lo regula, ya se sabe "en casa del herrero cuchillo de palo".

Nos avisan que vienen curvas, tiempos difíciles, complicados, y cuando se negocia en posición de debilidad los que pierden siempre son los mismos, por ello urge cerrar unas normas justas, ya que se prevé que seamos muchos los que trabajemos desde nuestras casas. Que el teletrabajo es una realidad no hace falta convencer a nadie, que tenemos una situación actual de desprotección del trabajador en esta materia tampoco, y en estos tiempos de desprotecciones, lamentablemente, sabemos bastante.

El teletrabajo y la desprotección del trabajador
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