jueves. 28.03.2024

El Grupo Ciudadanos en el Parlamento de Cantabria ha certificado este jueves su descomposición, un proceso que se ha venido desarrollando en los últimos días y que, más allá de la desaparición del grupo en el Hemiciclo regional, ha dejado por el camino varias dimisiones dentro de la organización. Para más inri, Cs va a terminar este periplo haciendo algo que el propio partido, por boca de su portavoz regional, Félix Álvarez, ha rechazado en varias ocasiones e, incluso, ha criticado estos días: van a compartir el Parlamento con la que hasta no hace mucho era su diputada, Marta García, a la que tildan abiertamente de “tránsfuga de libro. Y por si fuera poco, también están codo con codo con la ultraderecha de Vox en el mismo grupo Mixto.

Este jueves, la Mesa y la Junta de Portavoces del Parlamento cántabro acordaban esta disolución después de que Cs registrara la expulsión de García del grupo. La decisión de la diputada de no renunciar a su acta ha impedido que Cs pudiera incorporar un nuevo diputado a su grupo, formado por tres representantes (los mínimos para tener un grupo propio en el Parlamento de Cantabria). Así las cosas, Cs se queda con dos diputados y García pasa a ser una representante no adscrita.

Curiosamente, la crisis de Cs no llega por diferencias internas del partido en Cantabria, o al menos no oficialmente, si bien es cierto que las rencillas entre ellos se han hecho evidentes en varios momentos de esta legislatura. Todo se precipitó cuando el partido naranja se abstuvo en la votación sobre la protección del lobo en el Congreso de los Diputados, una decisión que llevó a Marta García a darse de baja de la formación.

Su baja no fue la única. Ignacio Hernando, portavoz de Cs en Santa Cruz de Bezana y anterior secretario de Comunicación del partido, fue el siguiente en renunciar, y unas horas después fue el turno de Rubén Gómez, secretario de Organización de Cs Cantabria. Precisamente Gómez fue pieza clave en la renuncia de Álvarez a su cargo de coordinador autonómico al descubrirse que este último le había contratado sin comunicarlo al partido. En ese momento se acusó a Marta García de haber sido quien filtró el contrato. Finalmente, Inés Arrimadas optó por volver a poner a Álvarez al frente del partido en Cantabria.

"La carta ética que todos los cargos institucionales de Ciudadanos, incluida la señora Marta García, firmamos antes de cada proceso electoral nos obliga a entregar el acta de diputado en caso de ser expulsado o abandonar de forma voluntaria el partido", recordó Álvarez para considerarla una “tránsfuga”, señalando además que debería “abandonar” el cargo público por el que fue elegida al ir dentro de las lista electoral presentada por el partido naranja.

TRANSFUGUISMO IDEOLÓGICO

Sin embargo, nada de eso ocurrió. Marta García ha asegurado en una rueda de prensa ofrecida este mismo jueves que cree “legítimamente que el acta me pertenece”, por lo que “seguiré siendo la voz del campo”, es decir, que seguirá siendo diputada. Y respecto al transfuguismo, ella también ha acusado a sus ya excompañeros de Cs, Félix Álvarez y Diego Marañón, de “tránsfugas ideológicos” por su cambio de postura en torno a la protección del lobo y a su expulsión.

Lo ocurrido hará, por tanto, que en lo que queda de legislatura (algo menos de un año) Cs y Vox compartan grupo político y Marta García actúe de forma independiente. La propia diputada ha rechazado en su rueda de prensa integrarse en otra formación política.

Además de las consecuencias que ha dejado en el propio grupo de Cs, lo ocurrido también afecta al Parlamento de Cantabria. Por ejemplo, decaen todas las iniciativas que en nombre del grupo estuvieran en marcha. También cesan de forma automática de los cargos que ocupan en el organigrama del Hemiciclo, como el de secretario segundo de la Mesa, que hasta ahora ocupaba Diego Marañón.

El Reglamento del Parlamento de Cantabria contempla que los diputados no adscritos tienen derecho a formar parte de una Comisión, que será determinada por la Mesa, y les corresponderán las percepciones económicas que se contemplan para los parlamentarios individuales.

Cs termina su descomposición compartiendo Parlamento con su diputada “tránsfuga”
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