En Cantabria el Día Universal de la Infancia se celebra este año el 20 de Noviembre, y con él se conmemora la Declaración Universal de los Derechos del Niño de 1959 y la Convención de los Derechos del Niño de 1989. Una fecha que conmemora la Convención de Derechos de la Infancia de las Naciones Unidas (ratificada por cierto por España en el año 1990), y que en el Estado estos derechos de la infancia dieron un paso enorme o de gigante en el año 2021 con la aprobación de la ley conocida como Lopivi, o la Ley de Protección Integral a la Infancia y de la Adolescencia frente a la Violencia.
Unas conmemoraciones que en definitiva se utilizan a menudo en centros educativos y en espacios lúdicos para la infancia a la hora de introducir a los niños sus derechos, al tiempo que es una jornada conmemorativa y universal en favor de la Infancia que vuelve, y ha vuelto a ser una ocasión perdida y desaprovechada para dar visibilidad y permanencia al cántabru. Unas jornadas internacionales y gratuitas, participativas y solidarias donde tan solo ha sido necesario inscribirse a través de inscripciones y/o enlaces.
Los idiomas son factores extraordinarios de importancia vital y estratégica para las personas, y para todo el planeta
Unos eventos estos que habitualmente cuentan con un horario de mañana y tarde continuo, además de con castillos hinchables, espectáculos de magia, talleres, cuentacuentos, pintacaras, actividades deportivas, realidad virtual y actuaciones musicales, etc.
El que durante la jornada festiva se puedan o se pudieran entregar, por ejemplo, premios de Reconocimiento de la Infancia 2023, qué duda cabe que ello es igualmente una oportunidad para hacer de nuevo de nuestra lengua una excusa perfecta que sirva para “enguilar” (enlazar) y “aunir” (unir) una vez más en favor de un proyecto común en cántabru.
Y es que, si por ejemplo, la ciudad de Santander es Ciudad Amiga de la Infancia desde 2014 (además de contar con un Plan de Infancia y Adolescencia con el que el Ayuntamiento se ha propuesto implicar a los más jóvenes en la gestión del municipio), por qué no aprovechamos esta y otras circunstancias parecidas en la capital de Cantabria para dar así protagonismo al cántabru desde las instituciones y los distintos organismos y estamentos oficiales, pues en dicha ciudad existe un Consejo de Niños y Niñas que se creó en el año 2011 para que sus miembros pudieran expresar sus opiniones, necesidades e ideas, además de poder consultarlos y hacerlos partícipes de las decisiones que les afectan.
Este tipo de celebraciones son siempre una ocasión estupenda y formidable para dar a conocer y visibilizar los derechos de los niños a través de esta experiencia lúdica y educativa que es siempre única y especial. Y por ello, y como ejemplo de participación y de compromiso traemos hoy aquí las iniciativas y los proyectos que ha realizado Polanco este Domingo 19 de Noviembre para conmemorar el Día Internacional de los Derechos de la Infancia a través de dos colegios del municipio:
https://www.cantabriadirecta.es/102186-2-noticias-cantabria-santander-infancia-polanco/
Me gusta comparar esta celebración en favor de la infancia con otra fecha igualmente no menos importante y señalada en el calendario festivo, como lo es en este caso la que se celebra cada 21 de Febrero, y que a la postre conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna, centrado así la importancia de este día para reclamar atención y corresponsabilidad a la hora de solicitar una mayor diversidad lingüística (para así favorecer el desarrollo sostenible de un mundo que lamentablemente quieren dirigirlo hacia la unipolaridad y la exclusión), pues al hacerlo así se promueve de esta manera el multilingüismo y la diversidad cultural como factor principal de entendimiento y de sostenibilidad.
Y es que los idiomas, lo mismo que pasa con las personas más jóvenes, con su compleja imbricación con la identidad, la comunicación, la integración social, la educación y el desarrollo, son factores extraordinarios de importancia vital y estratégica para las personas, y para todo el planeta. Sin embargo, a causa de los procesos de globalización, algunas lenguas corren un riesgo cada vez mayor de extinguirse para siempre e irremediablemente, como por ejemplo pasa con el cántabru; una amenaza que ya se ha materializado con determinadas lenguas que ya están desapareciendo (o ya han desaparecido) completamente.
Y es que con la no atención y escucha en favor de la defensa de la infancia ocurre lo mismo, pues con su delimitación y cercenación de derechos y protecciones se reduce (lo mismo que pasa con las lenguas amenazadas) la rica urdimbre de la diversidad cultural, perdiéndose así, y de esta manera para siempre, posibilidades, tradiciones, recuerdos, modalidades únicas de pensamiento y expresión, además de un largo etcétera de sensaciones y pareceres únicos e irrepetibles, a fin de así lograr un futuro mejor y más humanamente participativo para todas las personas y entidades que pueblan y habitan la tierra.
Por último me gustaría añadir que aunque creas que a lo mejor tus hijos son pequeños, o muy pequeños, para ejercitar el derecho a la infancia (porque simplemente a esas edades no entienden de estas cosas), existen no obstante múltiples formas y herramientas para acercarles poco a poco sus derechos. Una de ellas, como siempre, es la literatura infantil, que si es en cántabru servirá para que nuestra lengua no se olvide, y al tiempo se revitalice en estas fechas tan señaladas y específicas. Literatura infantil, que dicho sea de paso, a menudo aborda de forma indirecta los derechos de la infancia. Y ejemplos existen muchos y muy buenos de cuentos y libros infantiles para introducir a nuestros hijos en los derechos de la infancia de forma lúdica y divertida, sin embargo, el poderlo hacer también en cántabru servirá para igualmente poder reclamar dos cosas y deseos al mismo tiempo.