viernes. 29.03.2024

Con las dificultades y el cansancio propio del Camino de Santiago, la tripulación del velero Klaudia lograba el domingo terminar su llegada a Compostela sin grandes incidencias. Y lo que se antojaba como un regreso más o menos tranquilo ha terminado siendo un cúmulo de problemas e incidentes que ha dejado, incluso, algún herido de poca gravedad.

A las 6:00 horas partía la expedición de La Coruña “con niebla cerrada”, lo que obligó al Klaudia a navegar con radar y haciendo sonar la campana para pasar entre el resto de veleros y los buques mercantes que entraban y salían del puerto gallego. Como ha explicado Jesús de la Hoz, la niebla les ha acompañado hasta el Cabo Ortegal, incluso cuando ya se ha hecho de día. Ha sido entonces cuando los problemas de verdad han complicado el viaje.

La niebla ha dado paso a más viento y oleaje, lo que les llevó a sacar la vela gennaker para aprovechar el impulso. Sin embargo, poco pudieron hacer. Uno de los cabos de esta vela de grandes dimensiones se rompió, cayendo buena parte de la vela en el mar. La tripulación del Klaudia tardó una hora en poder sacarla, además de que uno de los miembros, al intentar sujetar el cabo, se quemó las manos con la cuerda. Nada excesivamente grave, y que fue curado por la médico que va en la expedición, pero desde luego un recuerdo y una experiencia que no olvidará.

El problema más inmediato es que la gennaker había quedado inutilizada, y los enganches de la botavara también quedaron dañados. Todo ello obligó a cambiar de estrategia, ir más despacio (el viento también bajó su intensidad) y navegar más cerca de la costa, reforzando la vela mayor para evitar posibles daños el resto del viaje. Un viaje que, al desarrollarse junto a la costa, permitió a la tripulación admirar un paisaje precioso, pero también sometió al velero a la fuerza del oleaje, lo que provocó más mareos.

Cabo roto de la vela Gennaker | Foto: Náutica Puerto Gris
Cabo roto de la vela Gennaker | Foto: Náutica Puerto Gris

Y por si todo esto fuera poco, tuvieron un último susto al escuchar por radio que no podrían acercarse al puerto por un cable de alta tensión que había provocado el fallecimiento de un joven, algo que posteriormente pudieron comprobar en las noticias. Un mensaje de radio que, finalmente, no afectó a sus planes y pudieron atracar.

Pero nada de esto ha tocado la moral de los participantes en esta experiencia única de realizar el Camino de Santiago por mar. De hecho, aunque su llegada a Ribadeo ha sido más tarde de lo previsto, pasadas las 20:00 horas, el grupo no solo se siente con fuerzas, sino con el ánimo de disfrutar del resto del viaje, recordando este complicado día como una experiencia diferente en un viaje que nunca ha sido de placer y que, como muchos han reconocido a lo largo de estos días, les ha dejado hermosos recuerdos y vivencias únicas.

Uno de los tripulantes del velero Klaudia ha sufrido heridas en las manos | Foto: Náutica Puerto Gris
Uno de los tripulantes del velero Klaudia ha sufrido heridas en las manos | Foto: Náutica Puerto Gris

Ahora “hay que descansar bien”, reconoce De la Hoz, que nos adelanta que este martes, 30 de agosto, saldrán a las 9:00 horas de Ribadeo para un largo viaje de más de 24 horas, teniendo prevista la llegada a Santander el miércoles por la mañana. Tras los percances de este primer tramo de la vuelta, el viaje tendrá que ser más precavido.

La tripulación del Klaudia, durante su regreso a Santander | Foto: Náutica Puerto Gris
La tripulación del Klaudia, durante su regreso a Santander | Foto: Náutica Puerto Gris

De hecho, Jesús de la Hoz no esconde que lo ocurrido en este viaje entre La Coruña y Ribadeo “compromete la llegada” en lo que a horarios se refiere, y también los viajes más inminentes organizados por Náutica Puerto Gris con el velero Klaudia al ser necesario realizar las reparaciones oportunas antes de echarse otra vez a la mar.

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