A principios de enero de este 2023, el vicepresidente del Gobierno y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deportes, Pablo Zuloaga, anunciaba que en el primer trimestre de este mismo año saldrían a licitación las obras de restauración de la ermita rupestre de San Juan de Socueva, en Arredondo, con un presupuesto estimado de 80.000 euros. Horas después del anuncio, el alcalde, Leoncio Carrascal, aseguraba que el Ayuntamiento no sabía nada del proyecto, y “tiene que entrar en el Ayuntamiento”.
Como recordó entonces Carrascal, este proyecto ya fue anunciado en 2021, y desde entonces no ha salido a licitación, quedando pocos días para que termine el primer trimestre. Este retraso ha provocado que los vecinos hayan mostrado su malestar, denunciando el “abandono del Gobierno” tanto del proyecto como de los ciudadanos que visitan esta ermita, que han reclamado avances.
De hecho, recientemente se ha celebrado el retiro de cuaresma, al que acudieron aproximadamente 28 personas, muchas de ellas mayores, que llegaron a San Juan de Socueva a pie, única forma de acceder a este espacio donde se siguen realizando oficios religiosos.
Ya en 2021, la ermita fue seleccionada por Europa Nostra y el Instituto del Banco Europeo de Inversiones (BEI-I) como uno de los siete espacios patrimoniales del continente europeo que se beneficiarán de una ayuda de 10.000 euros destinada a financiar actuaciones de recuperación del patrimonio.
La Vicepresidencia y Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica, había optado a este programa para destinar la ayuda, en caso de ser seleccionado, a este proyecto de restauración y rehabilitación. De hecho, una de las condiciones para poder optar a estas becas europeas era disponer de un proyecto de recuperación de un bien patrimonial que necesitara una intervención y actuación para garantizar su conservación y puesta en valor.
La ermita rupestre de San Juan de Socueva fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985 y es un monumento que forma parte del Patrimonio Cultural de Cantabria y del Patrimonio Histórico Español.
