martes. 19.03.2024

El Valle del Pas es la cuna de la Cantabria más rural, la de la trasterminancia milenaria y los postres más famosos de la región. Habitada desde tiempo inmemorial y repoblada durante la Baja Edad Media mediante la construcción de monasterios, la comarca alberga algunos de los parajes más impresionantes y singulares de ‘la Tierruca’ a los que tanto locales como ajenos sucumben siempre que los visitan.

Uno de los municipios más conocidos de la zona es, sin lugar a dudas, Castañeda. Ya sea por su famoso marquesado o por su imponente colegiata, lo que es cierto es que la localidad se abre paso en esta lista con una de las construcciones más espectaculares del valle: la Finca de San Juan, con el Palacio de los Gándara como edificio principal. Asentada sobre la antigua torre medieval de la familia, la ahora Hostería de Castañeda fue levantada entre los siglos XVI y XVII y está formada por una casa-palacio y la ermita de San Juan Bautista que da nombre a la finca.

Palacio de los Gándara, Castañeda
Palacio de los Gándara

No muy lejos se encuentra la archiconocida Colegiata de la Santa Cruz. Su origen data del siglo X con la edificación de un monasterio benedictino cluniacense. Dos siglos más tarde se convertiría en colegiata a cargo de un grupo de canónigos de la orden de San Agustín y pasó por las manos de religiosos, nobles y reyes hasta bien entrado el siglo pasado. Una de las piezas más destacables del lugar es un Cristo gótico del siglo XIV, custodiado en la capilla principal. Fue declarada Monumento Nacional en 1930.

Colegiata de la Santa Cruz, Castañeda
Colegiata de la Santa Cruz

La vecina localidad de Iruz tampoco se queda atrás en cuanto a lo que importantes construcciones religiosas se refiere. El mayor ejemplo de ello es el Convento de San Francisco, construido sobre las ruinas del Monasterio de Nuestra Señora del Soto, antiguo convento franciscano y originariamente hospital, del que mantuvo la torre. Aunque fue levantado durante los últimos años del siglo XVI, las principales dependencias son posteriores, datándose en los siglos XVII y XVIII, inclusive el claustro que ha llegado a nuestros días datado de 1626. Hoy en día, recuperando su idea fundacional, sirve como Casa Diocesana de Acogida y Espiritualidad de la Diócesis de Santander.

Convento de San Francisco, El Soto
Convento de San Francisco

Villacarriedo es otro de los lugares que alberga algunos de los mayores tesoros del valle, empezando por el Palacio de Soñanes, que representa la construcción barroca de carácter civil más suntuosa de la comunidad.​ Fue construido por orden de Juan Antonio Díaz de Arce y Pérez del Camino, carredano y diplomático de Felipe V, a principios del siglo XVIII. El palacio alberga un conjunto de estilos que abarcan desde el plateresco hasta el churrigueresco. Fue restaurado y convertido en hotel en 2001.

Palacio de Soñanes
Palacio de Soñanes

Aunque Soñanes sea una construcción imperdible, es Selaya, a escasos siete kilómetros, quien cuenta con una exposición única en el mundo: el Museo de las Amas de Cría. Está ubicado en la Casa de la Beata, junto al Santuario de la Virgen de Valvanuz, y está dedicado a las mujeres de la comarca que dejaron sus casas para ejercer de nodrizas de niños ajenos, generalmente de familias reales, nobles, o bien avenidas. Fue inaugurado en 2007 y en él se muestran fotografías y paneles explicativos sobre sus vidas, recuerdos, escritos y los requisitos exigidos para poder ejercer como tal. Llegaron a ser tan importantes, que incluso la plaza principal sobre la que se erige la Catedral de Granada está dedicada a ellas.

Museo de las amas de cría
Museo de las amas de cría

Siguiendo 20 kilómetros en dirección Vega de Pas, encontramos el que una vez fuera el túnel ferroviario más largo que discurría íntegramente por territorio español, el famoso Túnel de la Engaña. Con casi siete kilómetros de longitud y capacidad para albergar doble vía, unía Cantabria con Burgos y fue construido con el objetivo de facilitar el recorrido del Ferrocarril Santander-Mediterráneo, que no llegó a ser puesto en funcionamiento. Para su construcción, alargada durante más de 20 años, se necesitaron más de 300 hombres, muchos de ellos represaliados del franquismo que cumplieron su pena trabajando en su perforación. En octubre de 1999 quedaría bloqueado tras un desprendimiento en su interior y en las últimas dos décadas su estado se ha ido agravando hasta el punto de quedar incomunicados ambos extremos.

Túnel de la Engaña
Túnel de la Engaña

Pero no solo de grandes construcciones vive el valle más famoso de la región. Sus paisajes ya enamoraron a nuestros antepasados hace decenas de miles de años, siendo la mayor prueba de ello el yacimiento arqueológico del complejo del Monte Castillo, declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2008. La formación fue hallada en 1952 y en ella se han encontrado restos de materiales de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro, así como algo de lítica del Paleolítico y algunas monedas que habían sido escondidas durante la época de los Reyes Católicos. Asimismo, las cavidades cuentan con un gran número de pinturas rupestres similares a las aparecidas en otras zonas de la región, como caballos, cabras, osos, etc.

Cueva de El Castillo en Puente Viesgo
Cueva de El Castillo

Asimismo, los yacimientos de La Espina del Gallego, Cildá, El Cantón y Campo de Las Cercas, Bien de Interés Cultural desde 2002, forman un conjunto estrechamente vinculado que ha sido interpretado como un campo de operaciones militares de montaña durante las guerras cántabras (29 a.C. - 19 a.C.). Están distribuidos por los términos municipales de Corvera de Toranzo, Anievas, Arenas de Iguña, Molledo, San Felices de Buelna y Puente Viesgo.

Por último, no se puede ir a los Valles Pasiegos y no realizar dos de los recorridos más famosas del lugar: la ruta del Nacimiento del Pas y la ruta de las cabañas. La primera conduce a una de las cascadas más espectaculares de Cantabria. El salto de agua, también conocido como Churrón de Agualto, es una excursión imperdible por su facilidad y enorme belleza. Mientras que la segunda invita a recorrer uno de los elementos más destacados, sino el más, de la comarca: las cabañas pasiegas. Estas construcciones fueron utilizadas desde, aproximadamente, el siglo XVI por los pasiegos en su trashumancia pues, a diferencia de lo establecido, tendían a mudarse dependiendo a donde fuera que el ganado estuviera. Actualmente muchas de ellas están rehabilitadas para ser utilizadas por los turistas en su visita al valle. Sin duda, un pedazo de historia viva en el corazón de Cantabria.

Cabañas pasiegas
Cabañas pasiegas

 

Lugares imprescindibles de los Valles Pasiegos que tienes que visitar
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