sábado. 20.04.2024

Navidad, dulce Navidad

Somos personas, nuestro objetivo es ser felices y no hay exceso que no se pueda recuperar, así que lo que te propongo es que te liberes, que vayas a esos encuentros gastronómicos a disfrutar y que ello no te genere mala conciencia, que la vida son dos días y ni tú ni yo somos Usain Bolt.

Seamos felices y comamos perdices.

Ya están aquí las fechas más temidas por los deportistas, que han llegado hasta diciembre con un cierto control en su alimentación y en su peso, y probablemente ya han pasado su periodo de descanso activo y acaban de reanudar la puesta a punto. Y es que diciembre puede convertirse en un demoledor quebranto de nuestras esperanzas, un desequilibrio que comienza con el puente de la Constitución y continúa con las innumerables cenas y comidas de amigos, empresa y familia. Así que ahora nos enfrentamos a dos semanas que siempre nos generan una mala conciencia y un crecimiento “bascular” (de báscula) de unos 2 o 3 kilitos.

Para empezar recuerda que somos personas, que nuestro objetivo es ser felices y que no hay exceso que no se pueda recuperar, aunque a medida que nos hacemos mayores cueste más. Pero como decía mi padre: “Más se perdió en Cuba”. Así que lo que te propongo es que te liberes, que vayas a esos encuentros gastronómicos a disfrutar y que ello no te genere mala conciencia, que la vida son dos días y ni tú ni yo somos Usain Bolt. Eso sí también os dejo unos consejillos para aliviar la carga final después de la ‘gincana’ de comidas que habremos hecho.

Para los días de celebración:

Diviértete con los alimentos y come de todo. Lo principal es pasar un buen rato, en buena compañía, y si es posible con muchas risas. Despejar nuestra mente de la rutina y las preocupaciones diarias puede ser la mejor recarga para comenzar el año.

Procura no llegar muy hambriento a la hora de comer/cenar y si de algo debes prescindir es de los canapés, fritos, patatas y demás milongas poco nutritivas y de máximo engorde. Directo a los platos principales que a buen seguro serán ricos, nutritivos y en cantidad suficiente.

Diciembre puede convertirse en un demoledor quebranto de nuestras esperanzas, que comienza con el puente de la Constitución y continúa con las innumerables cenas y comidas

Come despacio y variado, pero no te sirvas como si no hubiera mañana. Ya sé que estará muy rico y apetitoso ese primer plato, pero detrás vendrán otros igualmente ricos a los que debemos dejar espacio y apetencia. Come de todos pero sin rebosar el plato.

¡Cuidado con los dulces! La Navidad es dulce, no por los postres sino por la confraternización, la paz y el amor. Evita, si puedes, las fuentes de turrones, mazapán, bombones, y si no es mucho pedir decídete por algo de fruta.

Para los días cotidianos:

Desayuna bien y abundante, y coge energía para todo el día. Es un buen hábito que debemos tener como rutina, para calmar el hambre las primeras horas de mayor actividad.

No dejes que el hambre se apodere de ti antes de las comidas principales, y para ello intercala dos tentempiés en base a fruta y frutos secos, preferiblemente nueces.

Introduce en tu menú diario la fruta y la verdura como elementos principales. Digamos que de algún modo facilitaremos a nuestro cuerpo la limpieza y eliminación de excesos.

Aunque estés de vacaciones o desplazado, ponle acción a tu vida y continúa con tu actividad física cada día. Aunque sean buenas caminatas, no te dejes arrastrar al sedentarismo.

Y para todo el período:

¡Nunca dejes de hidratarte a tope! Sacia tu sed con agua, la mejor bebida especialmente cuando hemos cometido excesos con el alcohol durante las celebraciones. 

Duerme lo suficiente y algo más. Aprovecha el periodo para recuperarte de los muchos trasnoches que se acumulan estos días.

Diviértete al aire libre, evitando las largas sesiones de pereza y sofá, de tertulias que empalman comida con comida. Procura salir de ese círculo vicioso programando actividades que te obliguen a salir, y si tienes días libres, ¡qué mejor opción que ir al monte nevado y disfrutar como enanos!

Y para acabar, quiero aprovechar para desearos unas buenas fiestas navideñas, en compañía de las personas que os quieren, que es lo más valioso que sin duda podemos tener. Feliz 2018.

Navidad, dulce Navidad
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