jueves. 25.04.2024

700 palabras y 1 minuto

Cuando me llegó la propuesta de escribir este artículo de opinión con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer, lo primero en lo que reparé fue en la extensión sugerida, unas 700 palabras. 8 de marzo y 700 palabras. Sí, un tema que llenaría innumerables tomos condensado en 700 palabras sólo (con o sin tilde, con bastantes polémicas convivimos las mujeres hoy en día como para entrar en la última de la Real Academia de la Lengua al respecto).

No tengo espacio suficiente para debatir el origen. Dicen que surgió en Estados Unidos en el siglo XIX, en Europa a principios del XX… hasta llegar a la primera manifestación feminista en España, hace tan solo 45 años, en la que se denunciaba la desigualdad de derechos.

Esta marca es “especial”, no por lo que representa, que está claro, sino porque es personalizable

Sí voy a reparar en su numerónimo (palabra que contiene números). La escribo en cursiva porque está calcada del inglés, pero no está en los diccionarios de la lengua española. No más polémicas.

Habrá tantas opiniones como mujeres respecto a si hemos cumplido o no nuestras expectativas, dado el tiempo que ha pasado desde cada origen reivindicativo. Lo que ha quedado claro es que “8M” ya es una marca, nuestra marca. Y cumple con las principales características de una gran marca: conocimiento, relevancia, diferencia… Ha quedado establecida para siempre, y eso es fruto de toda la sociedad.

Esta marca es “especial”, no por lo que representa, que está claro, sino porque es personalizable. Además de la fecha, 8 de marzo, y del color asociado, otra característica de la marca, tenemos la “M”, la nuestra. “M” de marzo, de mujer, de morado… pero también de manifestación, como reunión pública de reclamación y protesta. De marcha, como avance hacia el fin perseguido. De más y de mejores derechos, hasta llegar a la igualdad. En definitiva, de movimiento como cambio de posición, sin extremismos.

Volviendo al inicio de mi artículo, en lo segundo en que reparé fue en la gala de los Premios Goya del cine español de este año. En concreto en una de las muchas intervenciones que se produjeron tras recoger el galardón. A pesar de lo que pueda parecer, de nuevo, no es mi intención entrar en un tema polémico.

De todos es sabido que en las últimas entregas del “cabezón”, por no decir en sus 37 ediciones, siempre hay controversia por parte de presentadores y/o premiados. Parece haberse establecido un acuerdo tácito entre protagonistas y espectadores como el momento y lugar para la reivindicación social. Si no aparece no son “los Goya” ¿Quién no se acuerda del “No a la guerra” de aquellos Premios Goya de hace 20 años? Sí, 20 ya.

Necesitamos mover la conciencia social, que todos lleguemos a ese conocimiento responsable y que se traduzca en igualdad

Quizá debido a esta situación, cada año recortan, o por lo menos lo intentan, el tiempo de intervención de los premiados. Esta vez cada uno tenía un solo minuto. Aquí me vi reflejada. 700 palabras es como un minuto para hablar de un tema tan extenso como este. Un minuto para reivindicar tantas y tantas cosas en nuestra sociedad, en nuestro municipio, ciudad, provincia, comunidad, país, continente… y también para dar las gracias por el premio, además de recordar a los seres queridos.

Susi Sánchez, mejor actriz de reparto por Cinco lobitos, utilizó su minuto para el tema que nos ocupa. También lo hace el argumento de la película, donde la protagonista acaba de ser madre, sin saber cómo serlo, vuelve a casa de sus padres buscando ayuda para cuidar de su bebé. Lo que no sabía es que también es hija y acaba cuidando de su madre y abuela enferma, convirtiéndose en madre de todos. Los roles cambian y acaba viviendo la vida de su madre hace treinta años. La vida de tantas y tantas mujeres, antes y todavía ahora.

“Necesitamos abrir más puertas, y esas puertas no las podemos abrir nosotras solas, somos la mitad, la otra mitad sois vosotros, compañeros”. Evidentemente, tras esta frase un sonoro y espontáneo aplauso interrumpió su minuto. Síntoma de que algo se ha movido.

Lo que he pretendido con estas palabras no ha sido generar polémica, sí movimiento. Necesitamos mover la conciencia social, que todos lleguemos a ese conocimiento responsable y que se traduzca en igualdad. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Palabras: 700

700 palabras y 1 minuto
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