sábado. 20.04.2024

Sin imaginación Cantabria no tiene futuro

Lo mismo que la música tiene una deuda eterna con John los cántabros tenemos una deuda con Revilla. Dos grandes soñadores, pero por desgracia un solo genio.

Cuando John Lennon era un niño su maestra le pregunto: “John, ¿y tú qué quieres ser de mayor?” Lennon no lo pensó mucho y contesto: “¡feliz!”. La profesora esbozo una sonrisa y dijo: “John, no entendiste la pregunta”. “Si la entendí, fue usted quien no entendió la respuesta”, respondió el niño.

Aquella sencilla respuesta ya daba idea del talento que latía dentro de aquel niño. Seguramente aquella profesora habría preguntado lo mismo a cientos de niños antes, pero jamás se había cruzado con un genio. La genialidad escasea, sonríe a muy pocos y además muy pocos de los que la tienen son capaces de cultivarla.

Con el tiempo el genio se hace eterno y el grande empequeñece hasta convertirse en una sombra de sí mismo

John la cultivó y cultivándola hizo universal un lema “imagine”. Imagina, imagina aunque te llamen loco, imagina y lucha por hacer real tu sueño aunque tu sueño sea algo tan difícil de lograr como el ser feliz.

Sólo 3 años más tarde, a otro que le preguntaron un día qué quería ser de mayor y contestó algo sorprendente fue Miguel Ángel Revilla. Él contesto: “¡presidente de Cantabria!”. Un reto tan difícil como el de Lennon por aquel entonces. Lo imaginó y lucho por ello ¡y yo que se lo agradezco!. Lo mismo que la música tiene una deuda eterna con John los cántabros tenemos una deuda con Revilla. Dos grandes soñadores, pero por desgracia un solo genio.

La diferencia entre el grande y el genio es sencilla, el grande sueña una vez, el genio sueña siempre, con el tiempo el genio se hace eterno y el grande empequeñece hasta convertirse en una sombra de sí mismo, allá queda su gran hazaña, cada vez más difusa, ya como una caricatura que se ríe del presente desolador.

“Vivir es fácil con los ojos cerrados”, eso decía John y eso practica Revilla. Es fácil cerrar los ojos para no ver cómo se van las empresas, para no ver cómo la resurgida Cantabria no es capaz de dar futuro a sus jóvenes… Vivir es fácil, imaginar no tanto, por eso anta la posibilidad histórica de captar fondos europeos para salir del lio en el que estábamos ya antes del COVID, la respuesta es más de lo mismo: un polígono o un puerto seco o una fábrica de baterías en la Pasiega, ¡qué más da!. Si la imaginación revillesca llega hasta ver asfalto en esas campas, qué importa el después si tenemos los ojos cerrados.

Tiempos duros vienen porque el futuro se gesta en el presente y el presente se parece demasiado a nuestro pasado

Un parque acuático, un campo de golf en Mogrovejo y wifi en el refugio de Áliva, otra vez buscar el maná de fuera porque no somos capaces de cultivar el nuestro. Renovar la flota de vehículos de la consejería de presidencia, rehabilitar la Engaña… ¡otra vez la Engaña! El cuento de los años 60 para dar futuro a nuestra tierra.

La I+D, Imaginación y Desarrollo, se lo dejamos a nuestros vecinos, dentro de unos años les miraremos con envidia y diremos: “¡Claro, la Hacienda foral!”. Nos engañaremos de nuevo, la realidad será otra vez que ellos imaginaron y Revilla cerró los ojos.

“You, you may say I'm a dreamer, But I'm not the only one, I hope someday you will join us”, puedes pensar que soy un soñador, pero no soy el único, espero algún día te unas a nosotros. Bueno, realmente no espero que Revilla se una un día a nosotros, pero sí que se dé cuenta de que ya dejó de soñar, que ya no es capaz de imaginar un futuro diferente para nuestra tierra y que si quiere mantener su sueño de ser presidente tiene que empezar a escuchar al resto.

Tiempos duros vienen porque el futuro se gesta en el presente y el presente se parece demasiado a nuestro pasado. En Podemos tampoco somos genios, pero cientos de ideas le regalamos al gobierno autonómico, pensamos que no era tiempo de crítica y sí de intentar sumar. Cientos de ideas ahora son papel mojado porque Revilla sigue sin entender la pregunta y prefiere su vida fácil, manteniendo los ojos cerrados.

Sin imaginación Cantabria no tiene futuro
Comentarios