viernes. 19.04.2024

El circo del lobo

En nuestro circo particular, escondidos bajo la falsa bandera del lobo, tenemos a los distintos partidos de la derecha extrema desgañitándose en el parlamento cántabro para culpar al lobo de los males del campo, tal vez piensen que si consiguen que nos fijemos solo en esto no les preguntaremos porqué votaron en contra de la ley de cadena alimentaria.

¿Qué pesa más, un kilogramo de plomo o un kilogramo de plumas? Con este axioma todos hemos ido de listos alguna vez con los pequeños de la casa y hemos esperado una respuesta infantil para después sonreír con prepotencia y revelar la obviedad de que un kg de plumas pesa lo mismo que uno de plomo. Con los peques salir airoso de este acertijo resulta fácil, pero si osamos preguntarle a Arquímedes, tal vez nos explote la cabeza al descubrir que a veces las obviedades resultan no ser tan obvias.

Nadie espera un tratado de física para resolver el problema de los kilogramos, eso se cargaría nuestro espectáculo, nuestro día a día es mucho más banal y así hemos convenido que la respuesta sencilla es la respuesta correcta. No seré yo el que niegue a Ockham, pero como dije antes no siempre las respuestas obvias son las acertadas o, al menos, estas respuestas no son dogmas, sino que admiten un montón de matices. Una de estas preguntas con respuesta extraña es la de ¿si se dejan de cazar lobos aumentarán o disminuirán las muertes de ganado que el animal causa? Seguramente todos contestemos que cada vez el lobo provoca más daños, pero basta comparar datos de unos años y otros para ver que cada vez hay menos ganado muerto.

Desde hace años el ganadero vive estrangulado por las reglas de un mercado injusto, el lobo de cuatro patas quizá no sea el mayor de los lobos

La incursión del lobo en el LESPRE ha desatado las iras de los ganaderos, cosa que a nadie ha de extrañar porque desde hace años el ganadero vive estrangulado por las reglas de un mercado injusto, el lobo de cuatro patas quizá no sea el mayor de los lobos que acechan al sector primario, pero sí es su enemigo atávico por excelencia. Es el símbolo de su resistencia y su sola mención eclipsa al resto de sus males.

En una tierra como Cantabria, donde todas las familias fueron alguna vez ganaderas, cualquier defensa del lobo se ve como un ataque a todo el medio rural, por eso, tras su entrada en el LESPRE no ha sido difícil situar al animal como el enemigo público número uno y no ha sido tampoco complicado convertirlo en un arma política de primer orden para desgracia del animal, pero también del ganadero.

Hace tiempo que los cántabros convertimos al lobo en el protagonista de nuestro circo, olvidándonos, unos de la importancia biológica de su protección y otros de lo difícil que resulta convivir con un depredador. El circo del lobo ha abierto sus puertas y bajo su carpa solo caben las estridencias. Por el escenario pasan trileros e ilusionistas capaces de llenar horas y horas de debates sin ofrecer ni una sola propuesta, pero consiguiendo grandes titulares. En la época de la inmediatez y de los 140 caracteres, al político cortoplacista poco le importa la verdad que nadie va a leer, un titular conciso es mejor que una larga disertación teórica y por mucho que el titular no sea más que una verdad a medias es lo que llegará al lector y es lo que creará opinión. Establecer dogmas es más rentable que plantearse preguntas y esto lo saben bien en el circo Peñaherbosa cuando lo llevan a la práctica, es su pista de la calle Alta, un buen titular engaña hasta al protagonista de la noticia y así, sin tapujo ninguno, las diferentes familias circenses se han unido al disparate… Pan y circo decía Juvenal y si el pan se va poniendo duro, no descuidemos el circo.

En nuestro circo particular, escondidos bajo la falsa bandera del lobo, tenemos a los distintos partidos de la derecha extrema desgañitándose en el parlamento cántabro para culpar al lobo de los males del campo, tal vez piensen que si consiguen que nos fijemos solo en esto no les preguntaremos porqué votaron en contra de la ley de cadena alimentaria que impide que al ganadero le paguen la carne por debajo de lo que le cuesta producirla.

Tenemos a la consejería de medio ambiente maquillando los datos de ataques para que no veamos que estos han caído un 30 % desde que el lobo está protegido

Tenemos a la consejería de medio ambiente maquillando los datos de ataques para que no veamos que estos han caído un 30 % desde que el lobo está protegido, quizá así, no nos demos cuenta de que su gestión siempre fue un desastre, que hasta hace bien poco ni siquiera tramitaban las ayudas que provenían de Europa para proteger a nuestros ganaderos. Quizá así, no veamos que  fueron los culpables de la ruina de tantas y tantas familias. Y por último, tenemos también al PSOE cántabro que es incapaz de defender sus convicciones con valentía y de mantener una voz propia, que castiga a sus voces discordantes cuando apelan a la conciencia que les hizo un día ser militantes socialistas… Vaya desde aquí mi reconocimiento a todos aquellos que mantienen sus principios de socialistas obreros.

Semana tras semana, el lobo es punto del día en el parlamento, pero juntando todas las intervenciones no suman ni una sola propuesta positiva. El lobo para unos es una cortina de humo y para otros una baza electoral. Por desgracia, para ninguno de ellos existe la necesidad de lograr que las vidas del lobo y las del ganadero discurran de forma paralela compartiendo un hábitat.

En Podemos queremos que el lobo sea protagonista del parlamento, pero queremos que lo sea para tratar de lograr que la coexistencia no sea una quimera. Queremos que el parlamento hable de la necesidad de aumentar las indemnizaciones reconociendo el verdadero valor empresarial de los animales muertos. Queremos que se debata la necesidad de pagar también los animales que mueren despeñados, por infartos o por cualquier causa indirecta provocada por la fauna salvaje.

Queremos que el parlamento estudie porqué protegiendo al lobo han disminuido las muertes que este provoca para así, poder tener una base sólida sobre la que trabajar. Queremos que se debata la geolocalización de las manadas para poder adelantarnos a los ataques. Queremos que se hable de la posibilidad de crear un cuerpo de agentes que ayuden en las labores de pastoreo. Queremos que se estudien las ventajas de un sello de calidad para la carne del ganado que se cría en montes loberos. Queremos ver a nuestro consejero en Europa, pero no para defender lo que se demostró un fracaso, sino para exigir fondos para protejan al ganado. Queremos escuchar propuestas y debatir sobre ellas. En definitiva, queremos política no espectáculos circenses.

La protección del lobo ha supuesto un aumento del número de individuos en nuestros montes y un descenso drástico del número de cabezas de ganado muertas y esto plantea preguntas que no se contestan fácilmente.

El circo del lobo
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