jueves. 25.04.2024

Fútbol y declaraciones machistas

Pese al avance y éxito imparable del fútbol femenino, el masculino tropieza habitualmente en comentarios y declaraciones machistas, que se producen principalmente en salas de prensa. Ante preguntas de las que se hacen los aficionados, aludir al sexo o la belleza de quien interroga para no mandarla al carajo, forma parte de este machismo rancio que se resiste a desaparecer.

El periodismo y el periodista son los intermediarios entre la información de actualidad y sus receptores, como ocurre mayormente en este país con el fútbol y los futbolistas. Soy de los convencidos de que el machismo tiene a su mejor aliado en el lenguaje cotidiano. La periodista Gloria Steinem, auténtico icono del feminismo y destacada integrante del Nuevo Periodismo que dejó escrito Tom Wolf, lo explica mucho mejor: “Una vez que nos cansamos de buscar aprobación, nos damos cuenta de que es más fácil ganarse el respeto”. Se den aquí o fuera, últimamente han sido noticia las malas contestaciones salidas de la boca de algún entrenador y futbolista, preguntados por periodistas que les habían solicitado amablemente su parecer sobre alguna cuestión referida al último partido disputado o el que está aún por jugar. En sala de prensa, vamos con el primer ejemplo de los dos que voy a señalar con una clara tarjeta roja, por machismo en el fútbol. Una periodista italiana le pregunta al entrenador del Nápoles, Mauricio Sarri, tras perder un partido con el Inter de Milán: “¿Soy muy dura si le digo que tras esta noche el Scudetto está muy difícil?”. Recibe por contestación esta: “Eres mujer y eres guapa, por estos dos motivos no te mando a la mierda".

Se queda corto todo lo que se diga sobre el efecto contagio, con tantos imitadores dispersos. Más cerca, en A Coruña, otro representante futbolístico nos dejaba boquiabiertos el pasado 21 de marzo, cuando una periodista le pregunta sobre la labor que está llevando a cabo su entrenador, Clarens Seedorf, a quien parece que “no le están saliendo bien las cosas”, remacha la informadora. El jugador es Sulley Muntary y su respuesta esta otra: “No te estoy respondiendo mal porque eres una mujer y voy a ser educado”. Y es que, como el mismo Muntary aclaró: “Me ablandan los niños, las mujeres y los ancianos”. Si tiro de hemeroteca, seguro que me encuentro con más casos y semejantes malos modos, pero prefiero sacar algunas conclusiones sobre estas incidencias acaecidas tras la pasada huelga feminista del 8 de marzo, que resultó todo un éxito.

Cuando se habla de tolerancia cero con expresiones machistas, habría que definirlos y recogerlos en un documento acatable

Opino que cuando se habla de tolerancia cero con actos y expresiones machistas, habría que definirlos y recogerlos en un documento acatable, de conocimiento general, uso adecuado del mismo, y aplicación consiguiente del tipo de rechazo propuesto y aprobado para cada supuesto. Por ejemplo, en los casos expuestos supondría el abandono inmediato de todos los presentes en la rueda de prensa, la crítica unánime hacia el responsable del feo gesto, y que los mandamases de la liga y federación correspondientes adoptaran una sanción ejemplarizante para los autores de machismo tan rancio. Así, tantos años después de pronunciarla, podríamos licenciar otra frase contundente de las manifestadas por Gloria Steinem:” La verdad te hará libre, pero primero te tocará las narices”.

En cuestión de machismo y sexismo, no hemos estado acertados con los programas educativos

 

No vivimos buenos tiempos ni para los valores, ni para las reivindicaciones sobre los mismos. Pese a lo que pueda parecer, el machismo y el sexismo avanzan mucho. Aumenta especialmente entre los jóvenes, lo que hace pensar que no hemos estado del todo acertados con los programas educativos, ni tampoco han sido (ni son) suficientes las campañas que, masiva y constantemente, hay que llevar a cabo desde los Estados, Gobiernos y sus Administraciones. Tampoco la Unión Europea anda fina,  como lo hacía de bien a finales del siglo pasado, en favor de la igualdad entre hombres y mujeres, y el más claro ejemplo es la brecha salarial. Entonces, ¿cuál es la herramienta con mayor potencial para excluir al machismo de nuestra convivencia? Los medios de comunicación. Así es: los periódicos en papel, los digitales, la radio, la televisión e Internet. No me atrevo con las redes sociales, porque es lugar de mucho cabestro machista, y este campo merece opinión y medidas aparte, por los continuos linchamientos que se hacen a personas, especialmente a mujeres. He de decir que vistas las noticias sobre el entrenador y futbolista machistas, reconforta comprobar como la profesión periodística está plenamente comprometida con la igualdad. Lo que pasa es que siendo altavoces potentes, el fútbol, como deporte rey, lo es más, y hace más daño. De ahí que contra el machismo no queda otra que parafrasear, por última y definitiva vez, a Gloria Steinem: “We shall overcome” (“¡Venceremos!”).

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