jueves. 25.04.2024

Las bicicletas, sin carreras, son para la desescalada

Reflexiones desde casa. Día 50.

Me ha hecho mucha gracia un chiste, de wasap evidentemente, que vaticina que, para las Olimpiadas de Japón, no, las siguientes, España podría ser de las primeras naciones en el medallero general, visto los miles de ciudadanos, atletas al tiempo, que salen a correr por las calles, desde que se dio el pistoletazo de salida para la desescalada. Se podría pensar que con los ciclistas ocurre otro tanto, pero no me ha parecido tanta concentración de bicicletas como para compararlo con la La Vuelta o el Tour, eventos deportivos afectados, como todo, por la pandemia. Por aquí quiero ir. Hemos empezado a tocar calle, pero hay sensación de que muchos ven el problema ya solucionado. ¡Para nada! Ayer escribía que son más los cumplidores que los inconscientes. Lo sigo manteniendo. Pero eso de hacer quedadas entre amigos, darle al botellón inclusive, y encontrarte de repente a  un nutrido pelotón de ciclistas a toda velocidad, va a ser colmo que no. Oía hoy por la radio a un tertuliano que hablaba de la España absolutamente ejemplar. Mantenía el hombre que aquí nos hemos confinado como en ningún otro país del mundo. Desde luego, este señor no está viajado. Tampoco es para flagelarse, pero hay que reconocer que somos un pueblo con clara tendencia a que, si nos dan la mano, cogemos el brazo. Ahora, con el coronavirus, no hay que hacer ni una cosa ni la otra. Y menos en las playas, los paseos marítimos y los centros urbanos, sitios todos donde más encontramos la cara y cruz del desconfinamiento. Vemos apelotonamientos innecesarios, niños en parques de juego cerrados, y a nada que la autoridad policial identifique a viandantes, es fácil encontrarse con que su vivienda habitual se encuentra a kilómetros de donde se halla. Los integrantes de las fuerzas del orden se han dejado la voz explicando en qué consiste una cuarentena. Esa paciencia regresa a una actualidad de desescalada, donde abundan los nuevos atletas y ciclistas. En todo caso, hacer deporte siempre es sano y si se ha llegado a esta conclusión de practicarlo, tras tantos días de encierro en casa, pues bienvenido sea. Lo que no cambia es la educación, a lo que se ve un término en desuso. El otro día me dieron un viaje en Twitter, solo por sacar a relucir el civismo. Pero, ahí amigos y amigas, si algo nos libra del Covid-19, que sigue ahí, al acecho, es cumplir con lo que se nos pide. Distancia, mejor mascarilla y guantes, lavarse mucho las manos y evitar tocarse la cara. Toca lo mismo con no hacer nada que nos pueda poner en riesgo, a nosotros, y luego nosotros a los demás. Por repetirlo que no quede. Hagamos uso del ocio con cabeza, porque vamos a salir de esta gracias a los sanitarios, que cuentan con nuestro compromiso personal y firme de seguir sus consejos de prevención.

Las bicicletas, sin carreras, son para la desescalada
Comentarios