viernes. 03.05.2024

¿Y para pensar te quedas sentado? Si quieres ser poeta, comienza por pensar caminando. ANTONIO SKÁRMETA, El cartero de Neruda

Veo amanecer,

lluvia de cristal

 

Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, alias Pablo Neruda, nace (1904) en Parral, Chile, y fallece (1973) en Santiago, Chile. De oficio poeta y diplomático en su país, recibe el premio Lenin de la Paz en 1953, y el Nobel de Literatura en 1971.

El seudónimo, a partir de 1920 -sus 16 años-, no se sabe a ciencia cierta su causa. Prefiero pensar que fue una mixtura para zafarse y no ser estorbo alguno en los sentimientos de su padre. No quería provocarlo. En octubre de 1920 comenzó a firmar definitivamente sus trabajos con el seudónimo de Pablo Neruda, ​ esencialmente con el propósito de evitar el malestar del padre por tener un hijo poeta. ¿Y si fracasaba? ​

Su padre, José del Carmen Reyes, era portuario y posteriormente maquinista ferroviario. Su madre, Rosa Neftalí Basoalto, profesora de un liceo femenino deja a Neruda huérfano, a los dos meses de haberle dado a luz, cuando tenía 39 años de edad, a causa de la tuberculosis. Para el poeta chileno, no puede haber imagen alguna que no haya de ser casual, metáfora que tampoco sea fortuita. La poesía ha de ser trabajada.

El poeta

Y Pablo Neruda, cimentado ya como un artista de la palabra, de la poesía, con dos premios que lo avalaban como escultor de la poética a nivel mundial, escribe sus bellas palabras más fundamentales en sus poemarios: Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), Canto general (1950), Love Poems (1952)... Más tarde se dedicaría a la política, pero nunca dejó de ser un poeta, y de oficiarlo. Se le calificó como El poeta del amor' o 'El poeta del mar'...

El político

En 1969 es proclamado candidato presidencial de la nación chilena, de ese país muy estrecho, pero también muy largo, en el que muchas cosas pueden pasar. Fue una candidatura que finalmente decayó en favor de su aliado, más tarde inseparable, Salvador Allende. Las fuerzas de progreso debían llegar unidas a contender a las  elecciones presidenciales en progreso. Una unión de generosidad entre dos personas, entre dos políticos sabios. 

Sin embargo, desde 1927 hasta el golpe de Estado y su muerte, Pablo Neruda fue diplomático del Estado chileno. No era nada fácil para cualquier intelectual del país viajar al continente europeo. Neruda sí, debido a su pasaporte diplomático. Su primera designación fue la de cónsul en Rangoon, en Birmania. Como en su oficio de poeta, en el de diplomático este destino lo ensoñó grandemente. Pero no mucho. Al llegar reconoció la realidad, su realidad de un lugar cuya distancia es de 17.500 Kms..; le supuso un Leviatán más hondo que la profundidad del Pacífico. Al año siguiente (1928) lo nombran en Colombo (Ceilán), sin haber superado su angustia y padecimiento emocional, a casi 2.000 kms menos de distancia de su patria y el consulado anterior. El poeta podía repetir con muchas posibilidades el negativo de que su vida estaba siendo oscura como boca de lobo, a pesar de la generosidad de aquellos pueblos.

Sin embargo, su vida puede decirse que señala dos dientes de sierra fundamentales en su atmósfera, en su vida, diametralmente opuestos en las subidas y en las bajadas. La alegría, el gozo. la apertura de miras frente al miedo, al terror del golpe y sus consecuencias, perfectamente conectados, conque parecían que unas emociones se empujaban a otras, dando lugar a tiempos, estados  y a clímax totalmente diferentes incluso en muy poco tiempo, algo parecido a los empujes de las bajas presiones buscando el lugar de las altas, captando y apoderándose de nuestras conductas, nuestros aires, genios, personalidades y caracteres.

Precisamente, su dedicación a la diplomacia le atrajo un enorme bienestar, ayudando a los demás. Ejemplo de esto último, de ese lugar en su alma, fue al fletar el Winnipeg, un barco con dirección a Valparaíso, resolver los salvoconductos, el crédito de la operación, los pasajes..., todo para liberar y amparar a dos millares y medio de republicanos compatriotas nuestros que tras acabar nuestra Guerra Civil era forzoso expatriarlos. Venía, como así fue, la posguerra, las crueles venganzas hacia los que sufrieron en primera instancia aquel golpe de Estado, aquel golpe de mano. La represión de los espadones había empujado a medio millón de españoles a huir del espanto y horror franquistas para finalizar su éxodo en la alucinación  de los campos de concentración en Francia.

Esta buena acción lo fortificó sobremanera. Esto era para el chileno el pensamiento y la poesía andando, la ayuda para dejar de oler la tierra quemada de la guerra, la muerte, tanta asolación y exterminio. Había que recuperar la esperanza a la vuelta a sus vidas de ayer, a la paz y a la cultura. Con lo que había costado construir un país de nuevo joven sin hambre ni dolor gratuito. Chile ayuda a España. Nación alguna nos ayudó. A Chile, hace 50 años, le pasó prácticamente lo mismo, una cabalgata terrible con mucha miseria encima agostó cualquier intento de seguir ganando la identidad de todos como país y como personas.    

 

¿Y para pensar te quedas sentado? Si quieres ser poeta, comienza por pensar caminando....
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