jueves. 25.04.2024

Noam Chomsky, el activista, lingüista, analista político y filósofo

Es un riguroso crítico del liberalismo económico cuando piensa, por ejemplo, en la contradicción vil que soporta la falsa percepción de que la libertad sin tiempo alguno puede llevar a una coyuntura más o menos favorable, cuando la libertad así concebida no deja de ser un saldo, una rebaja, una concesión que se concede o no, al libre arbitrio del energúmeno de turno que tiene esa gracia

"La gente paga por su propia subordinación"
"Cuando tienes la oportunidad de echar un vistazo que guardan sobre ti en el FBI es cuando descubres que las agencias de inteligencia en general son extremadamente incompetentes"
Noam Chomsky

Controvertido y todavía activista político, el nonagenario Noam Chomsky (Estados Unidos, 1928) es la figura, entre otras, más celebrada en el pensamiento del siglo XX y del que llevamos de este. Es un riguroso crítico del liberalismo económico cuando piensa, por ejemplo, en la contradicción vil que soporta la falsa percepción de que la libertad sin tiempo alguno puede llevar a una coyuntura más o menos favorable, cuando la libertad así concebida no deja de ser un saldo, una rebaja, una concesión que se concede o no, al libre arbitrio del energúmeno de turno que tiene esa gracia. Y cuando se niegan a ofrecer ese momento lógico y justo de las oportunidades, esa negación es simplemente de delincuentes, de atracadores.

Las convicciones y la imaginación siempre prevalecen a los egoísmos y personalismos

Todo parece fruto de la construcción de un mundo al revés. Nos batimos el cobre empeñados en la busca de la cimentación de los héroes. Y si no están a mano, los inventamos, cuando lo propio es que nuestras referencias deben ser las de investigar iniciativas justas porque las convicciones y la imaginación siempre prevalecen a los egoísmos y personalismos. Estos siempre han sido divergentes con el interés de todos y para todos, y cuyo peor enemigo son los objetivos personales; en cuanto a la solidaridad, un sustantivo que no les es sustancial, intrínseco o esencial. Así escribe y es el mensaje de este propagandista perturbador para el establishment

A los negocios societarios los califica de dictatoriales y tiránicos, siendo su germen teórico el mismo que regía a principios del XX. Y como sucedió con la mayoría de los absolutismos y autocracias que hubieron de aventarse. De la misma manera -piensa el filósofo- ha de darse "con las tiranías privadas". Estas han de ser aplicadas profundamente, de rondón, sin sentir, con la comprobación pública. Así reflexiona este activista y analista político, residente y oriundo de Estados Unidos, en donde ha desarrollado su trabajo como profesor de Lingüística desde su juventud en uno de los países que son ejemplo de liberalismo económico con seguridad más extremados actualmente. Debe de ser sobrehumano lograr nadar contracorriente tanto tiempo, contra el orden vertical que ampara a las sociedades desprovistas del sentido de lo público. 

Chomsky, como agitador que es, combate todo aquello que manca la libertad cuando, para empezar, no es sino figurada. No es esporádico que la publicidad, aunque su lexema tenga que ver con lo público, tenga algo que ver con la tolerancia y la libertad. Nadie en su sano juicio puede sostener lo contrario. La propaganda no tiene nada que ver con el pluralismo, sí con el constreñimiento y la coacción, con lo dictatorial y lo absolutista. Este pensador nos hace considerar acerca de la conjetura de si es soberana esta colectividad que ocupamos, en la que nos alojamos y sobrevivimos.      
 

Noam Chomsky, el activista, lingüista, analista político y filósofo
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