Hablemos claro: la Formación Profesional Básica (FPB) está algo mal vista en esta sociedad en la que vivimos, aquí en nuestro país. Y digo lo de nuestro país porque eso no ocurre más allá de nuestras fronteras en países como Alemania, Reino Unido o Francia, por ejemplo, países que consideramos avanzados.
Es cierto que un ciclo es un punto en la formación educativa al que la mayoría de las personas que llegan a él lo hacen ya con una etiqueta: la del “fracaso escolar”. Pero también es cierto que la gente que termina ese ciclo logra casi siempre encauzar su vida académica.
Un ciclo te lleva mucho más allá de lo que es pura formación y educación, que no es poco. Te puede llevar a conectarte con la vida
Este fue mi caso. Cuando llegué a la FP Básica me encontraba en una situación anímica muy difícil. No tenía amigos, me llevaba muy mal conmigo mismo y con todos los que estaban a mi alrededor. Pero fue subirme al ciclo que elegí, pulsar la tecla de arranque, y a los dos años era una persona totalmente distinta y había conseguido reengancharme a la vida.
Recomiendo sin ninguna duda a todas las personas que se puedan ver o encontrar en ese momento de su vida, en cierta manera hundidas, “emborrachadas” y sobrepasadas por el sistema educativo convencional que den un paso adelante, que le quiten el estigma y le pierdan el miedo a dirigirse hacia la FP Básica y que investiguen sobre un ciclo que les pueda gustar o encajar en sus preferencias, en sus capacidades, o en sus habilidades.
Porque un ciclo te lleva mucho más allá de lo que es pura formación y educación, que no es poco. Te puede llevar a conectarte con la vida. A tu vida. En serio: te puede cambiar, y para bien, tu vida. Ni más ni menos.