jueves. 28.03.2024

¿Es la Gran Banca un parásito hematófago?

La finalidad de la banca era canalizar el ahorro privado hacia la inversión, pero dada la ausencia de cultura de ahorro doméstico y público, ha originado que el proveedor de recursos para dinamizar la economía en forma de inversiones se haya trasmutado en un parásito hematófago que succiona todas las ubres del Estado para saciar el apetito insaciable de sus accionistas y altos cargos directivos.

La Gran Banca española se habría convertido en un parásito hematófago (chinche doméstico), organismos chupópteros que no viven permanentemente sobre su hospedador o víctima sino que sólo se acercan a él para alimentarse y tras succionar hasta la última gota de sangre los abandonan exangües y desahuciados. Así, a pesar de los bajos tipos de interés, del varapalo de las cláusulas suelo, del descenso del crédito de más de 500.000 millones desde el 2008 y de una reducción drástica de los presupuestos para obras sociales, (un 60% menos desde el 2008), según las estimaciones de los analistas la gran Banca española (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell) habría obtenido en el ejercicio del 2017 un beneficio neto cercano a los 15.000 millones de euros gracias al oneroso aumento de las comisiones del 9% y al incesante goteo de cierre de sucursales.

La casta dirigente bancaria se habría transmutado así en una camarilla de poder que utilizaría el nepotismo para perpetuarse en el poder

Tradicionalmente, la finalidad de la banca era canalizar el ahorro privado hacia la inversión, pero dada la ausencia de cultura de ahorro doméstico y público, ha originado que el proveedor de recursos para dinamizar la economía en forma de inversiones se haya trasmutado en un parásito hematófago que succiona todas las ubres del Estado para saciar el apetito insaciable de sus accionistas y altos cargos directivos. La casta dirigente bancaria se habría transmutado así en una camarilla de poder (equivalente a un miniestado dentro del Estado), que utilizaría el nepotismo para perpetuarse en el poder con carácter vitalicio, recurriendo a los llamados "contratos blindados" para asegurarse un retiro dorado.

¿Es la Gran Banca un parásito hematófago?
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