sábado. 20.04.2024

Malos tiempos para la lírica

Se criminalizan chistes de un cómico, se quieren tachar estrofas de una canción, se secuestra la portada de un cómic. Y yo me pregunto ¿dónde está el límite? Y, sobre todo, ¿quién se cree en el derecho de poner esos límites?

Corren malos tiempos para la lírica. Y también para la literatura, el teatro, el cine, la poesía, el humor…

España está siendo recorrida por unos vientos fétidos con un tufillo de falsa libertad e igualdad que esconden en realidad una vuelta a la más casposa censura. Se mira con lupa, igual que hacían los censores franquistas, cualquier tipo de creación artística para pasarla por el tamiz de lo “políticamente correcto”.

Se criminalizan chistes de un cómico, se quieren tachar estrofas de una canción, se secuestra la portada de un cómic. Y yo me pregunto ¿dónde está el límite? Y, sobre todo, ¿quién se cree en el derecho de poner esos límites?.

Según la actual casta político-progresista deberíamos quemar El Quijote, que apesta a servilismo rayano con la esclavitud

A caballo entre las décadas de los 70’ y los 80’ este país vivió una época de una gran creatividad, libertad, progresismo, brillantez, transgresión, modernidad, tolerancia, etc. valores que ahora están en clara regresión. Como diría un castizo “nos la cogemos con papel de fumar”.

Según la actual casta político-progresista deberíamos quemar El Quijote, que apesta a servilismo rayano con la esclavitud, hacer desaparecer las películas de Clint Eastwood por violentas, las de Humphrey Bogart por apología del tabaquismo y las de Mad Max por inducir a saltarse el código de circulación.

Recordemos que hace años aparecieron en Afganistán unos tipos barbudos que se fueron infiltrando en la sociedad con su particular interpretación del Islam y su fundamentalismo disfrazado de ortodoxia. Tiempo después los mismos barbudos aparecieron en jeeps, con un Corán en una mano y una metralleta en la otra. El resultado ya lo conocéis: burkas, terrorismo, extremismo y horror.

No quiero ser alarmista pero soy bastante pesimista. Por cierto, recientemente escuché a un futbolista italiano decir que “la madre de los imbéciles está siempre embarazada” y empiezo a pensar que tenía razón.

Malos tiempos para la lírica
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