viernes. 26.04.2024

Revilla contra el tinte /2

¿Podrán Revilla y el PRC mantener el apoyo sin fisuras –y sin desgaste- a un Gobierno que indulta a la carta, vacía la sedición, y ahora, quizá se enfrente a la exigencia de hacer más amable el delito de malversación, como ya reclama con torería ERC desde la presidencia del Ejecutivo de Cataluña?

¿Podrán Revilla y el PRC mantener el apoyo sin fisuras –y sin desgaste- a un Gobierno que indulta a la carta, vacía la sedición, y ahora, quizá se enfrente a la exigencia de hacer más amable el delito de malversación, como ya reclama con torería ERC desde la presidencia del Ejecutivo de Cataluña?

Sánchez, como diestro, es un tipo fatal: ni domina el natural, ni el pase de pecho, ni se arriesga a portagayola. Pero es un maestro en el uso del burladero y conjuga de maravilla el verbo impostar. Lleva con lujo y cierta elegancia el traje de luces –rojillo y oro-, tan reflectantes que han debido deslumbrar al purriego, que, para más inri, y mucho más tinte, gobierna en Cantabria con los subalternos de Pedro Antonio.

Revilla quiere otro mandato. Con 80 palos: experiencia no le falta, ni paciencia con este PSOE. Vive coaligado, aquí y allá, con un partido que en la actualidad defiende lo que no hace mucho al presidente cántabro le hacía vomitar: sobre todo la política de vaselina con los independentistas y la fabricación de leyes, reformas y decretos ad hoc. Por no hablar de las cesiones ‘right now’ al País Vasco, de todo tipo y condición hasta el sonrojo. Pero ahora hay buena relación con el PNV, que, como experto en ciabogas, no es descartable que meta de hoz y coz a los regionalistas en una galerna.

Sánchez, como diestro, es un tipo fatal: ni domina el natural, ni el pase de pecho, ni se arriesga a portagayola

Rajoy confió, Rajoy feneció; pero son tiempos de acuerdos con las periferias y el Mito de Polaciones cree que, en esta mano, a Cantabria le corresponde un mazo de acuerdos que nunca antes llegaron. O, para ser más exacto, fueron chuleados por cualquiera que estuviese en Moncloa y los ministros de turno, que, por lo que se ve, firmaban papeles al viento que acababan siempre en una ría, en un páramo o en un pajar que se quemó por la cerilla fácil de hombres con nombre, para ponérselo más fácil a Sergio Leone.

Revilla busca el infinito, porque no se cree finito. Pero quizá se dé de bruces con el Número e: número matemático irracional…

Revilla contra el tinte /2
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